Andrés París y Rubén Zamora, representantes de las FARC-EP |
Entrevista a Andrés París y Rubén Zamora, representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en las negociaciones de paz con el Gobierno
El pasado
septiembre, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, hacía pública
la noticia de que su Gobierno iniciaba conversaciones de paz con la guerrilla
de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Desde
noviembre una delegación del grupo insurgenete permanece en La Habana donde se
mantienen estos diálogos. El proceso tiene a Cuba y Noruega como países
garantes y a Venezuela y Chile como acompañantes.
Entre los
representantes de las FARC designados para estas negociaciones se encuentran Andrés
París y Rubén Zamora. Aunque ambos son comandantes del grupo armado,
prefieren que se les llame miembros de la Delegación de Paz. Con ellos
analizamos en La Habana esta oportunidad de poner fin a un conflicto que dura
más de cincuenta años protagonizado por la guerrilla más antigua de América
Latina. Las respuestas han sido consensuadas por ambos portavoces.
¿Por qué
se inician los diálogos y por qué en Cuba? Se dice que ustedes aceptan estas
conversaciones porque se encuentran en un momento de debilidad
"El
poder demoledor del capitalismo es tremendo ya que gana las guerras desde el
aire"
Las FARC toman la
decisión de dialogar en La Habana como consecuencia de un intercambio que se
desarrolló de forma secreta en Caracas. En nuestra concepción de las FARC se
encuentra el hecho de que somos un ejército de guerrillas pero nuestra bandera
es la búsqueda de la forma política no armada. Cualquier otra interpretación de
que llegamos en un momento de debilidad político-militar no es cierta. La
supremacía militar es evidente, pero estamos perfectamente adaptados a la
guerra de guerrillas. El poder demoledor del capitalismo es tremendo ya que
gana las guerras desde el aire. Por otra parte, los análisis del avance
tecnológico y las asimetrías sirven de razonamiento para concluir que nos
encontramos al borde de la derrota. Es indiscutible que nos han dado golpes
grandes, debido fundamentalmente a las tecnologías de localización, pero
igualmente nos hemos adecuado por nuestra gran movilidad y desplazamiento, y
por el trabajo político. No hay comparación entre la inversión millonaria del
Estado colombiano y el daño provocado. Nuestros comandantes muertos han sido
reemplazados por comandantes jóvenes pero expertos. Mientras tanto, el ejército
colombiano ha tenido entre 2.500 y 3.000 bajas por año, entre muertos y
heridos. Lo que hace un total de 30.000 bajas a lo largo del conflicto.
El momento más
débil fue cuando nacimos, hoy somos un sólido ejército que se mantiene en pie
de lucha a pesar del duro ataque al que está sometido. Puede ser que se nos
aleje la posibilidad del triunfo, pero eso no quiere decir que vayamos a
renunciar a la lucha. Pero insistimos en que ahora buscamos una oportunidad a
la paz.
En cuanto a la
ubicación de estos diálogos, hubo una etapa anterior secreta en Venezuela. El
Gobierno no quiso que estas conversaciones fueran en Colombia, por eso son en
La Habana. Aceptaron Cuba para aislarlo de la sociedad, en Colombia hubiéramos
llevando un millón de colombianos al lugar de diálogo.
Hasta el propio
Fidel Castro les planteó el fin de la vía militar
Estamos de
acuerdo en que la lucha armada no tiene vigencia, pero en Colombia se mantiene
una estructura de violencia estatal que impide la participación de otras
fuerzas y eso solo se puede enfrentar con las armas.
¿Qué
están dispuestas a ceder las FARC?
No estamos en una
mesa de negociación, sino de conversación, en eso hemos coincidido las dos
partes. Es evidente que un acuerdo para la paz requiere unos mínimos de ambas
partes, la máxima para nosotros es la revolución, para ellos mantener su
sistema capitalista. Hemos de intentar encontrar un punto intermedio. Tenemos
plena disposición para hablar de todos los temas, además de los incluidos en la
agenda pactada. Se trata de solucionar el conflicto.
Santos
les golpeó cuando era ministro de Defensa con Álvaro Uribe, ¿por qué con él sí
hay diálogo y con Uribe no?
"La
opción política es la salida menos dolorosa"
Uribe está
comprometido con la guerra y el paramilitarismo. Santos plantea otra opinión y
creemos que esa ventana debíamos explorarla, pero por convicciones políticas no
por debilidad militar. La opción política es la salida menos dolorosa. Se trata
de permitir a los colombianos abordar la solución política. Hay que dinamizar
un espacio que permita a los colombianos expresarse sin criminalizar la lucha
social.
El acuerdo sería
parte de un proceso más profundo y más largo. Entonces nos correspondería
seguir la revolución por otro medios pacíficos, esos que no nos han permitido
hasta ahora.
¿Creen que
se puede repetir las experiencia de la Unión Patriótica, cuando intentaron
incorporarse a la vida política legal y les asesinaron a miles de militantes y
cargos políticos?
No estamos
dispuestos, pero queremos la solución política con el apoyo del pueblo en la
nueva realidad política. Si no es posible, seguiremos con la guerra de
guerrillas. Hace falta una movilización contundente de los colombianos para
mantener este proceso. Hay ataques desde sectores latifundistas y mafiosos para
bloquearlo. Todo esto se deberá refrendar con una Asamblea Nacional
Constituyente, se trata de crear una nueva institucionalización, un nuevo
Estado para la paz.
¿En qué
momento del diálogo se encuentran en este momento?
Discutiendo sobre
el acceso a la tierra, la concentración de la tierra es el origen del
conflicto. Más del 65 % está en manos del 0'4% de la población. Terratenientes
y financieros controlan la tierra y eso queremos revertirlo. Hemos logrado
algunas coincidencias, la idea de crear un fondo de tierras, para una futura
redistribución dándosela a los campesinos. Veinte millones de hectáreas podrían
resolver el problema, el Gobierno ha ofrecido 8 millones (3 millones ya las
ocupan de forma alegal los campesinos). Aún no estamos de acuerdo en las
cifras, pero coincidimos en la necesidad de un fondo.
¿Cuáles
son los principales obstáculos a los que se enfrentan?
"Con
la desaparición de las FARC la violencia no acabará"
Es el latifundio
y los mafiosos y empresas transnacionales que se hicieron ilegalmente con la
tierra. Ellos han despojado a los campesinos en torno a diez millones de
hectáreas y colaboraron con su exterminio. Mientras el Gobierno no quiera
romper con ellos habrá dificultades. El Gobierno quiere una propuesta agraria
que no toque el status quo de los latifundistas, es decir, legislar para
legalizar ese despojo y el paramilitarismo que masacró a los campesinos.
No se le puede
pedir a una de las partes que desaparezca. Con la desaparición de las FARC la
violencia no acabará, porque es del Estado colombiano contra el campesinado.
¿Cuál
puede ser el papel de EEUU y Europa en esta búsqueda de la paz o qué le piden a
estas potencias?
"Lo
que pretenden las multinacionales es aprovecharse de todo el país y sus
recursos"
Deben comprender
que es más rentable la paz que la guerra. Se pueden establecer fuentes de
desarrollo económico que incluso puedan estar invitando al capital extranjero,
pero con el Estado colombiano como principal accionista. Pero es que las
multinacionales que hay ahora lo que pretenden es aprovecharse de todo el país
y sus recursos. No quieren pagar más del 10% de regalías por la explotación de
los recursos. De esa forma habrá una resistencia e indignación entre los
colombianos.
Por otra parte,
Europa debe aceptar un reconocimiento público de la insurgencia y levantar su
clasificación de organización terrorista. En cuanto a Estados Unidos, una forma
de colaborar en la búsqueda de la paz sería la liberación y participación del
dirigente de las FARC Simón Trinidad, extraditado en ese país, para que esté en
la mesa de diálogo como un gesto de paz que genere confianza. Si EEUU respalda
el proceso debería permitir su incorporación. Pero el principal obstáculo es el
Gobierno colombiano que no lo ha pedido.
¿Y el
papel regional de América Latina?
En el resto de
América Latina sigue habiendo capitalismo, pero se ha renunciado a la violencia
para aplicarlo, como sigue sucediendo en Colombia. Nuestro Gobierno se resiste
a cambiar ante el nuevo panorama de América Latina. Colombia no debe ser un
país de acero donde no entran los vientos que corren por todos lados.
Me pongo a soñar.
Dejamos las armas, se comprometen con los acuerdos. Si tiene la tentación de
repetir la masacre de la Unión Patriótica ahí debe intervenir la CELAC
(Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, integrada por 33 países),
es importante el papel regional.
Diversas
informaciones están mostrando la posibilidad de un proceso legal contra Álvaro
Uribe por los casos de falsos positivos, el asesinato de campesinos a los que
se le hizo pasar por guerrilleros. ¿Qué opinan al respecto?
"Hubo
una connivencia entre Estado, terratenientes y paramilitares en llevar a cabo
masacres masivas"
Se trata nada
menos que de 70.000 falsos positivos según la información que poseen las
autoridades estadounidenses en base a los datos proporcionados por los
cabecillas paramilitares presos en ese país. Se trata de una información que
ahora han decidido proporcionar a la opinión púbica internacional. Hubo una
connivencia entre Estado, terratenientes y paramilitares en llevar a cabo
masacres masivas
Entendemos que la
rivalidad preelectoral entre Santos y Uribe ha llevado a la decisión del
presidente Santos de entregar a Uribe a la autoridad penal internacional para
ser juzgado por sus crímenes. Esto provocará una gran confrontación con un
participación activa de los paramilitares presos en EEUU.
¿Y qué
trascendencia puede tener esto en la política colombiana?
Uribe es un
hombre violento, pero Santos no lo es menos. Si se avanza a una confrontación
entre ellos, Uribe quedaría aplastado por el Estado. Quieren dividir a Colombia
entre partidarios de Uribe y de Santos, donde no quepa la opción de izquierdas.
Ambos tienen responsabilidad en la criminalización del otro. Hay que buscar una
vía colombiana de centro izquierda que diga sí a la paz y al cambio político.
Están madurando las condiciones para ello. Los ciudadanos perciben la necesidad
de la paz en Colombia. Podemos decir que se puede iniciar una fase de respeto
para la participación de todas las opciones en las elecciones en Colombia
¿Cuál
está siendo la posición de la ciudadanía ante estos diálogos y especialmente el
campesinado?
La gente se ha
venido expresando, pero hay un cerco mediático alrededor del diálogo y de los
sectores ciudadanos. Se han dado ocho encuentros regionales donde participó la
gente y dijo cómo construir la paz a partir de un cambio en la propiedad de la
tierra. Hemos insistido en que el proceso de paz no debe de hacerse a espaldas
de la gente, pero hay una guerra informativa contra el proceso