lunes, 4 de marzo de 2013

Democracia tipo ESMAD






Horacio Duque.

Dice Lenin, -como si lo tuviésemos entre nosotros- en su clásico texto el Estado y la Revolución, escrito entre agosto y octubre de 1917, en plena revolución soviética, que el Estado es la concentración de la violencia de la clase dominante contra el pueblo. Es el uso de la maquinaria represiva de militares y policias para aplastar con las armas y el ultraje cualquier tipo de revuelta social que amenace la dominación burguesa liberal.

Es exactamente lo que estamos presenciando con la acción del Estado oligarquico neoliberal colombiano frente al paro cívico de los caficultores que han salido a las carreteras y ciudades a demandar soluciones efectivas a sus graves problemas para lo cual han debido recurrir al bloqueo de vías, a marchas, a la organización de campamentos y manifestaciones multitudinarias que han colapsado prácticamente todo el territorio nacional y las instituciones civiles.

El gobierno del señor Santos, que dice querer la paz con la insurgencia revolucionaria a través de diálogos en La Habana, se ha desenmascarado con los campesinos y la población en general.

Su principal argumento para destruir la justa protesta es el de la violencia de sus cuerpos armados.

El Escuadrón Mobil Antidisturbios/ESMAD de la policía nacional es la punta de lanza de la acción brutal con tecnologías de punta que reunen gases, bombas, dispositivos eléctricos helicópteros y empleo de herramientas contundentes para invalidar la potencia de la manifestación y la protesta popular. Ya son varias las personas muertas y mutiladas, como el quindiano que perdió su mano derecha.

Lo que hemos podido presenciar en estos días en Ibague, Neiva, Armenia, Cauca y Nariño, es el rostro tipo ESMAD de la democracia neoliberal autoritaria imperante en el Estado colombiano.

Es tal el grado de atropello de la maquina estatal que la demagogia oficial ha quedado al desnudo, llevando a la iglesia y otros sectores de la sociedad civil a sumarse a la revuelta cafetera.

Esa es la democracia que el señor Humberto de la Calle ofrece en La Habana dizque para hacer hacer la paz. Según este señor, en Colombia existen todas las garantías para hacer política civilizadamente. Que cinismo el del doctor.