JEAN-GUY ALLARD - Mientras Cuba
realiza una reforma integral de sus leyes migratorias que autoriza a sus
ciudadanos a viajar libremente a cualquier parte del mundo, la policía política
del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la OFAC, controla el número de
permisos de viajar a Cuba que otorga para asegurarse que los norteamericanos no
vengan a la Isla para “bailar y tomar”.
Lo confirma El Nuevo Herald – el moribundo vocero de la mafia de
Miami – que asegura que la OFAC “eliminó un cuello de botella” en los llamados “viajes
pueblo a pueblo” a Cuba, concebidos para convertir en instrumento de propaganda
política las visitas de ciudadanos estadounidenses a Cuba.
El “cuello de botella” fue “provocado por quejas de ·demasiado
baile y bebida en la isla”, revela un articulo firmado por el ex analista CIA
Juan O. Tamayo.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), del
Departamento del Tesoro, verdadera Gestapo económica que hace cumplir las
innumerables sanciones estadounidenses contra Cuba, confirmó al periódico que “apretó”
aún más estrictmentes sus regulaciones como resultado de las quejas.
Los norteamericanos – con excepción de los cubanoamericanos,
sometidos a reglas diferentes - no pueden viajar a Cuba salvo con permiso de la
OFAC y en el marco de viajes “educacionales”, en grupo, con programas e
itinerarios pre-establecidos.
”Procesamos sistemáticamente todo el tiempo las solicitudes
pueblo a pueblo”, dijo al periódico Jeff Braunger, director del programa de la
OFAC para Licencias de Viajes a Cuba, confirmando el carácter político de la
operación.
Sin embargo el funcionario confirmó que las demás solicitudes de
licencias pueden “requerir un tiempo importante” lo que atribuye “a varios
factores”, sin precisar cuales.
Inventados y autorizados por el Congreso en 1992, los llamados “viajes
pueblo a pueblo” deben “fomentar interacciones significativas” entre visitantes
estadounidenses y los cubanos, en el marco de las políticas injerencistas de
desestabilización que promueve EEUU desde medio siglo contra la isla.
”El presidente George W. Bush los suspendió en medio de quejas
de que los visitantes de EEUU bailaban demasiada salsa y tomaban demasiados
mojitos” hasta que les reinicia con un propósito exclusivamente político.
Barack Obama a comienzos del 2011.
El año pasado, el senador cubanoamericano ultraderechista Marco Rubio
denunció que un grupo de norteamericanos fue a un concierto por el 85
cumpleaños del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, y obtuvo de la OFAC
la promesa de aplicar regulaciones aún más estrictas.
La mafia cubanoamericana de Miami que impone sus conceptos retrógrados
a las sucesivas administraciones de EEUU sostiene que las visitas a Cuba,
incluso los de ciudadanos de origen cubano interesado en visitar su familia, “llenan
los cofres del gobierno comunista” que usa los viajes “para su propaganda” o
para el “adoctrinamiento” de los visitantes.
Washington no permite el libre turismo a Cuba mientras las
autoridades cubanas sí permiten a los norteamericanos visitar la Isla sin
obstáculo ninguno.
En virtud de la reforma de sus leyes migratorias, Cuba permite a
sus ciudadanos a visitar cualquier país del mundo sin otra restricción otra que
la emisión de las correspondientes visas por las autoridades de estas naciones.--
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