Por Camilo Raigozo
El ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, altos
mandos castrenses y la dictadura mediática, quieren hacer por los micrófonos lo
que no han podido lograr militarmente en medio siglo: la derrota de la
guerrilla.
Con calificativos desobligantes hacia el
adversario, impropios de quién dirige uno de los ejércitos en la contienda, el
ministro Pinzón y la dictadura mediática, tratan de ocultar los golpes
recibidos y manipular la realidad del conflicto social y armado.
“¿Cuál conflicto? asesinos es lo que son”, dijo el
ministro Pinzón refiriéndose a las FARC por la muerte de seis agentes de la
Policía en una acción propia de la guerra el pasado lunes en el Cauca.
“Las FARC asesinaron a seis policías en Cauca”, “Seis
policías fueron asesinados por el grupo narcoterrorista de las Farc (...)”,
fueron parte de los titulares ampliamente difundidos por la mayoría de los
medios de “comunicación”, manipulando de esa forma una acción inherente al
conflicto armado, reconocido por el Derecho Internacional Humanitario y por el
propio gobierno del presidente Santos.
En contraste, cuando los muertos son del adversario
no son calificados por el ministro, los altos mandos y los por los medios, como
asesinados, sino como “narcoterroristas dados de baja”.
”Desde que se inició el proceso de paz han
sido abatidos cerca de 50 terroristas de las FARC”, dijo, por ejemplo, el
ministro Pinzón a través de los medios.
El Derecho Internacional Humanitario, para el caso
de un conflicto armado interno, que es el que padece Colombia, define a los
fallecidos en combates como: “personas que perdieron la vida por acciones del
conflicto”, ya sean soldados, policías o guerrilleros.
Sin embargo el ministro Pinzón, altos mandos
militares, la dictadura mediática y sus periodistas, entre otros, por
ignorancia o por estrategia, hacen caso omiso de las estipulaciones del DIH,
engañando a la mayoría de los colombianos, sobre la realidad del conflicto.
La furia del ministro Pinzón se exacerbó, luego de
los dolorosos hechos del pasado lunes, cuando en un ataque de las FARC en el
Cauca murieron seis agentes de policía por acciones del conflicto.
Diez días antes, en el Putumayo, en otra acción
militar de las FARC perdieron la vida cinco soldados y otros 12 quedaron
heridos.
El mismo lunes el ministro de Defensa Juan Carlos
Pinzón dijo con euforia por los medios, entre otras cosas, que, “desde que se
inició el proceso de paz han sido abatidos cerca de 50 terroristas de las FARC”.
Son los resultados del demencial conflicto que
durante más de 48 años ha enlutado día a día al país.
Soldados, guerrilleros, policías y civiles seguirán
muriendo o quedarán heridos por culpa de un puñado de negociantes de la guerra
que no permiten que esa horrible pesadilla termine.
Este 30 de octubre, ante la comisión segunda del
Senado, Pinzón dijo que “las Fuerzas Armadas seguirán golpeando a asesinos como
los que asesinaron el lunes a seis policías. No tienen perdón de nadie ni
tendrán perdón nunca”.
Lamentablemente el gobierno del presidente Santos y
las FARC acordaron adelantar conversaciones de paz en medio del conflicto, es
decir en medio del derramamiento de sangre.
Al respecto, los voceros de la insurgencia han
manifestado que “nosotros deseamos parar los muertos y por eso insistimos en
que haya un cese bilateral del fuego, pero el gobierno no quiere”.
Por su parte Humberto de la Calle, vocero del gobierno
manifestó en Oslo, Noruega, que el cese del fuego no está contemplado por el
momento y que este se dará cuando lleguen a buen término las conversaciones.
En el mismo sentido se han pronunciado el ministro
Pinzón, altos mandos militares y otros voceros del régimen.
El pasado 29 de octubre la organización no
gubernamental, Red de Iniciativas por la Paz y contra la Guerra, Redepaz,
propuso un cese el fuego bilateral entre el gobierno y las FARC, para navidad y
año nuevo.
Sin embargo quienes se rasgan las vestiduras por la
muerte de soldados y policías, evaden su responsabilidad ante ese clamor de la
mayoría de los colombianos.