miércoles, 17 de octubre de 2012

Pretenden disputarle las masas a las fuerzas de la paz y la justicia

El ejemplo de lucha de masas para cambiar Colombia puede ser los trabajadores de San
Juan de Dios en Bogota, que se sostenían tanto el funcionamiento del "Hospital de los
Pobres" como cuando enfrentaron cantidades de veces las barbaridades de las
autoridades políticas neoliberales que querían cerrar el hospital para favorecer
la privatización de la salud pública..



Punto de vista de un desterrado colombiano
Por: Valmern – Vozcol
Octubre 18 de 2012 – No.004
En el marco del gran escenario de diálogos y búsqueda de caminos de paz, justicia, democracia, soberanía y dignidad de patria, se encuentran dos poderosas fuerzas con intereses y objetivos completamente diferentes.
La primera de estas fuerzas está constituida, en esencia, por las grandes mayorías populares del campo y de la ciudad, por quienes desde hace ya muchos años vienen siendo explotados, despojados y violentados en todos sus derechos cuando hacen sentir su voz, levantan su puño y deciden defender sus derechos mediante el desarrollo de crecientes niveles de unidad, de organización y de movilización.
Con esta enorme y decisiva fuerza social y de masas están los que, con expresiones patrióticas y progresistas, han mostrado interés en encontrarse al lado de la construcción de una patria de todos y para todos. La segunda de estas fuerzas está constituida, fundamentalmente, por el poder injerencista e intervencionista imperial, por la clase dominante tradicional y emergente, por los sucesivos gobiernos de turno.
En este orden y para la primera de las fuerzas, es vital y determinante el desarrollo de la unidad y la generación masiva de conciencia social y política. Contrariamente y para la segunda fuerza, la unidad, la organización y la lucha del movimiento social y de masas; la unidad, la organización y la lucha de las fuerzas de la real izquierda, patrióticas y democráticas, son vistas y consideradas, por los dueños del poder, como actos y manifestaciones de “subversión” contra los que debe dirigirse todo el poder mediático, todo el poder represivo y toda la fuerza de la manipulación.
Es en el campo natural, en el de las grandes mayorías del país, que se han librado, se están librando y se librarán las más importantes batallas por la paz, la justicia y la felicidad. Aquí, en este campo y en desarrollo de la unidad de acción, se mueven las más variadas experiencias y expresiones de lucha en favor de derechos y de reivindicaciones.
Es en escenarios, como el de los diálogos, que los de arriba hacen todo cuanto les es posible para imponer, mediante la fuerza bruta, la mentira y el engaño, unas reglas de accionar que les permita cambiar sin cambiar, asegurando así el control y manejo de sus grandes intereses y privilegios. Es en escenarios, como el de los diálogos, que las grandes mayorías del país necesitan desarrollar toda la fuerza y potenciales generados por la unidad. Es en escenarios como el de los diálogos, que los dueños del poder intentan disputarle el movimiento social y de masas, a las fuerzas que luchan por la paz, la justicia, la soberanía y la dignidad.
¿Quién podrá entender el juego de los ayer amigos de la guerra y hoy y enemigos de la paz?
(Hasta la próxima)