La inmensa manifestación en abril 2012 convocada por Marcha Patriótica en la Plaza Bolívar, Bogota |
Las dos negociaciones de Colombia
Por Alberto Pinzón Sánchez
Con el triunfo
electora de Hugo Chávez este 7 de octubre en Venezuela, los partidos dirigidos
por Busch en USA, Aznar en España y Uribe
Vélez en Colombia, sufren una importante contrariedad política y porqué no
decirlo, también económica por varios años más.
Pero en la coyuntura actual
colombiana, este hecho además de mostrar
la interacción mutua entre dos pueblos hermanos; sumado a otros acontecimientos (que mencionaremos
a continuación) deja ver un
debilitamiento político de Uribe Vélez y un viraje en la pugna con Juan
Manuel Santos, que empieza a favorecer a
este ultimo, después del timonazo salvador y de recomposición que dio con la
notificación del acuerdo de la Habana
con las FARC, para la terminación del conflicto social y armado de Colombia:
1- La
sacada “contra natura” de Facho Santos y
José Obdulio de dos de los más importantes medios de comunicación del “Estado
de Opinión” montado por Uribe Vélez y sus muchachos.
2- La
ruptura de la ley del silencio (omertá) por parte del para-político Miguel de
la Espriella, no solo contra el general de la policía Santoyo, intimo edecán de Uribe Vélez, sino
directamente contra el mismo Uribe Vélez
en su relación con el capo narco paramilitar Mancuso y anuncia nuevas y directas
delaciones que pondrán a Uribe Vélez cada día más cerca de la CPI.
3- La
neutralización del Vicepresidente Angelino Garzón, cuya Afasia (incapacidad de
entender y trasmitir el lenguaje por daño en la corteza cerebral) hábilmente
manipulada por Uribe Vélez y sus
asesores, para inducir una cuña en la cúpula del Poder presidencial.
4- La
entrada en escena de otros dos “ex comunistas de alto rango”, compañeros del
Vicepresidente Angelino en sus luchas
juveniles y en la posterior captación por la clase dominante, quienes ahora
entran a jugar decisivamente a favor del presidente Santos: Lucho Garzón como
ministro para el dialogo social y, Carlos Romero Jiménez quien con su mujer y
otros miembros de la dirección del PDA, expulsaron a los comunistas legales de
ese partido convirtiéndolo de hecho en
una especie de “Polo-MOIR” , para marginarlo de la movilización social y
debilitarla, comprometiendo todo el
colectivo en una lucha electoral viciada estructuralmente y perdida de antemano
hasta tanto no se reforme el sistema electoral colombiano.
5- La
creciente denuncia y oposición general al prevaricador Ordoñez, quien mintió al
pueblo colombiano investido en la legalidad de Procurador General de la nación,
para favorecer sus creencias religiosas
ultramontanas.
6- La
entrada pública del “Palacio Arzobispal” al anterior debate, en apoyo abierto a
la cruzada anti abortista del
prevaricador Ordoñez, pues hasta ahora había
estado apoyando silenciosamente a este personaje público pero detrás del telón.
PERO HAY MÁS: Está
en marcha un interesante y creciente
proceso de unidad popular y de movilización social, con la confluencia y unidad de múltiples e importantes
organizaciones de base popular, que planean converger en la practica el 12 de
octubre durante la realización de un paro cívico nacional, contra los tantos
estragos sociales causados por 4 décadas de neoliberalismo feroz impuesto por medio de la guerra, y, por una
paz con justicia social y soberanía.
Si a lo anterior se le agrega la instalación
formal de los diálogos entre el gobierno y las Farc en Oslo y su continuación
en la Habana, no es difícil ver que se están dando y se darán dos procesos de negociación simultáneos: Uno en la calles
y carreteras de Colombia donde al
contestar al neoliberalismo privatizador
(que ha privatizado todo hasta la llamada Fuerza Publica puesta en manos de los
intereses económicos unas juntas
directivas o alto mando de las Fuerzas Armadas) la movilización social necesariamente
sacará a flote las innumerables reformas
sociales (agraria, territorial, financiera, de salud, política, etc) que el
régimen colombiano ha negado secularmente, pero necesita ineludiblemente, si verdaderamente desea la paz ansiada y la
reconciliación del Estado Terrorista con todos sus ciudadanos.
Y EL OTRO PROCESO RECÍPROCO, el de los diálogos en la Habana entre el Estado y la insurgencia para la
finalización del conflicto (no para “la paz negociada” como ya lo empezaron a decir los constructores de
escenarios e intoxicadores de opinión adictos al régimen) que estará
influenciado obligatoria y afortunadamente por lo que se negocie en las calles
y carreteras de Colombia.