viernes, 5 de octubre de 2012


“Pero nosotros consideramos que este continente tiene en su vientre una criatura que se llama Revolución. Que viene en camino, y que inexorablemente, por ley biológica, por ley social y por ley de la historia tiene que nacer. Y nacerá de una forma o de otra. El parto será institucional, en un hospital, o será en una casa. Serán ilustres médicos o será la partera quien recoja la criatura, pero de todas maneras habrá parto”.
Fidel Castro, 1971 de visita en Chile.

 

Se hace la Paz en Colombia o América Latina arderá

Por El Cachaco

Audio: https://www.box.com/s/g588eko8j0g2vz8tdpcy

En pleno siglo XXI en tierras colombianas se libra una larga lucha revolucionaria, social y armada cuyas organizaciones guerrilleras por una parte, las FARC-EP, el ELN y el EPL llevan mas de 40 años alzados en armas y lejos de ser derrotadas política y militarmente, continúan siendo un factor importante a tomar en cuenta para la búsqueda de una solución política negociada del conflicto político, social y armado.  
Nadie debe abrigar otra formula para la conquista de una paz duradera y justa. Ninguna de las organizaciones guerrilleras está en disposición de rendir las armas y mucho menos capitular. En ese sentido el Comandante Fidel Castro en su reflexión de jueves 26 de enero del 2012 señalaba: “Desde que conocí a Chávez, ya en la presidencia de Venezuela, desde la etapa final del gobierno de Pastrana, siempre lo vi interesado por la paz en Colombia, y facilitó las reuniones entre el gobierno y los revolucionarios colombianos que tuvieron por sede Cuba, entiéndase bien, para un acuerdo verdadero de paz y no una rendición”.

Frente a esa disposición al diálogo tanto de las FARC como del ELN los sectores políticos y económicos internos y externos beneficiados con la guerra, algunos vinculados al narcotráfico, utilizan su enorme influencia en distintos sectores del poder político, legislativo, judicial y militar para impedir una solución pacifica al conflicto armado colombiano.
Siempre tuve la percepción y hoy sustento la tesis de que el proceso de Paz llevado a cabo en San Vicente del Caguán entre el año 1999 y el 20 de febrero del 2002 estuvo diseñado por las elites de poder colombianas, para contener la fuerza e influencia política y militar que las FARC había logrado durante el gobierno de Ernesto Samper y no para realmente concretar un verdadero proceso de paz, denostar y culpar del fracaso de los diálogos a la guerrilla, lo que les permitió pasar del dialogo a un escenario de guerra.
Los acontecimientos vividos antes, durante y después del proceso y negociación llevado a cabo con las FARC y el ELN así lo atestiguan: crecimiento del paramilitarismo para desarrollar el trabajo sucio y la eliminación física del liderazgo popular, dirigentes políticos de izquierda y sindicales; apoyo en asesoramientos, inteligencia técnica e información calificada de las agrupaciones guerrilleras, armas y cooperación militar de Estados Unidos.
¿Cuál era la agenda de Pastrana y a quien servia en Los Posos 1999-20 de febrero de 2002? 

CON LA ASUNCIÓN AL PODER del presidente Pastrana se concretó el fortalecimiento y cambios estructurales y estratégicos en el Comando Operacional de las Fuerzas Militares; solución del conflicto entre las Fuerzas Militares y la Policía Nacional que Estados Unidos había provocado porque según el Pentágono existía un alto grado de corrupción en las FF.MM. colombianas y estos no contribuían a la lucha contra el narcotráfico y sí la Policía; aprobación del Plan Colombia en el gobierno pastranista que abrió la intervención directa de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en el conflicto colombiano bajo la excusa de combatir el narcotráfico, cuando en realidad se trataba de un Plan Contrainsurgente y que más adelante se ejecuta bajo la presidencia de Álvaro Uribe con la aprobación del Plan Patriota y la implementación de la llamada Seguridad Democrática, que no es más que la continuidad de la Doctrina de Seguridad Nacional.
Toda esa política sirvió para la apertura de un amplio teatro de operaciones al Comando Sur en un territorio geopolíticamente estratégico como lo es el colombiano con la apertura de siete bases militares y cuyo objetivo mediato es provocar el derrocamiento del gobierno bolivariano y apoderarse de sus enormes yacimientos petrolíferos y frenar el avance e influencia político militar que pueda generar UNASUR pero muy especialmente Brasil.

LOS VERDADEROS DEMÓCRATAS, hombres progresistas y militantes de la izquierda latinoamericana debemos tener muy presentes que esta estrategia política del imperialismo norteamericano, con la complicidad y acompañamiento de la oligarquía colombiana continúa hoy manteniendo el mismo principio de buscar una solución de paz en Colombia de acuerdo a sus intereses, pero ahora en este nuevo escenario político de paz, agendados entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) cuyo inicio de dialogo se concretará en este mes de octubre en Noruega ha quedado en evidencia que la guerrilla no se sentara en la mesa para firmar su desmovilización y capitulación, así lo ha dado a conocer muy claramente el Comandante en jefe de las FARC Timoleón Jiménez. De igual forma seguramente sucederá con el ELN si esa fuerza insurgente acepta la propuesta de abrir una mesa de dialogo con el actual gobierno colombiano.
Porque las fuerzas insurgentes tienen como alma el anhelo del pueblo, el sueño de justicia y libertad de los humildes y reivindica la vigencia y legitimidad de la lucha armada como un derecho inalienable de los pueblos a rebelarse contra regimenes tiránicos y terroristas y que se esconden bajo una legalidad impuesta por la clase dominante, con el disfraz de la democracia representativa, como expresión de la violencia.
Tengamos fe y esperanza de que el proceso por iniciarse en Oslo, Noruega pueda llegar a buen puerto, pues de lo contrario tendremos que confirmar nuevamente lo que una tarde del año 2001 en Los Pozos, me comentó el Comandante Alfonso Cano en una larga y fructífera entrevista que sostuvimos ese día: “si no se logra concretar un proceso de Paz con el gobierno de Pastrana, tendremos en los próximos cinco años una montaña de muertos”.

Igual puede suceder con este proceso, si no se asume con férrea voluntad política la firma de un serio y categórico proceso de paz y olvidar la formula de la rendición o la claudicación de la guerrilla con la cual siempre han soñado algunos sectores de la derecha y de la oligarquía colombiana. Por ello una señal muy importante en el comienzo de estos diálogos es que se alcance un acuerdo, al menos, de cese bilateral de fuego ofensivo.
Y tener claro que para mantener esa Paz debe exigirse la retirada de todas las expresiones y fuerzas militares de países extranjeros y el compromiso expreso que desde territorio colombiano no se utilizará ni un solo pedacito para atacar a ningún país con los cuales Colombia mantiene fronteras.
Pues de lo contrario si no se logra la Paz con esos compromisos estaremos ante la posibilidad de que América Latina arderá.