“Pero nosotros consideramos que este continente tiene en su vientre una
criatura que se llama Revolución. Que viene en camino, y que inexorablemente,
por ley biológica, por ley social y por ley de la historia tiene que nacer. Y
nacerá de una forma o de otra. El parto será institucional, en un hospital, o
será en una casa. Serán ilustres médicos o será la partera quien recoja la
criatura, pero de todas maneras habrá parto”.
Fidel Castro, 1971 de visita en Chile.
Se hace la Paz en Colombia o América Latina arderá
Por El Cachaco
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En pleno siglo XXI en
tierras colombianas se libra una larga lucha revolucionaria, social y armada
cuyas organizaciones guerrilleras por una parte, las FARC-EP, el ELN y el EPL
llevan mas de 40 años alzados en armas y lejos de ser derrotadas política y militarmente,
continúan siendo un factor importante a tomar en cuenta para la búsqueda de una
solución política negociada del conflicto político, social y armado.
Nadie debe abrigar otra formula para la conquista de una paz
duradera y justa. Ninguna de las organizaciones guerrilleras está en
disposición de rendir las armas y mucho menos capitular. En ese sentido el
Comandante Fidel Castro en su reflexión de jueves 26 de enero del 2012
señalaba: “Desde que conocí a Chávez, ya
en la presidencia de Venezuela, desde la etapa final del gobierno de Pastrana,
siempre lo vi interesado por la paz en Colombia, y facilitó las reuniones entre
el gobierno y los revolucionarios colombianos que tuvieron por sede Cuba,
entiéndase bien, para un acuerdo verdadero de paz y no una rendición”.
Frente a esa disposición al diálogo tanto de las FARC como
del ELN los sectores políticos y económicos internos y externos beneficiados
con la guerra, algunos vinculados al narcotráfico, utilizan su enorme
influencia en distintos sectores del poder político, legislativo, judicial y
militar para impedir una solución pacifica al conflicto armado colombiano.
Siempre tuve la percepción y hoy sustento la tesis de que el
proceso de Paz llevado a cabo en San Vicente del Caguán entre el año 1999 y el
20 de febrero del 2002 estuvo diseñado por las elites de poder colombianas,
para contener la fuerza e influencia política y militar que las FARC había
logrado durante el gobierno de Ernesto Samper y no para realmente concretar un
verdadero proceso de paz, denostar y culpar del fracaso de los diálogos a la
guerrilla, lo que les permitió pasar del dialogo a un escenario de guerra.
Los acontecimientos vividos antes, durante y después del
proceso y negociación llevado a cabo con las FARC y el ELN así lo atestiguan:
crecimiento del paramilitarismo para desarrollar el trabajo sucio y la
eliminación física del liderazgo popular, dirigentes políticos de izquierda y
sindicales; apoyo en asesoramientos, inteligencia técnica e información
calificada de las agrupaciones guerrilleras, armas y cooperación militar de
Estados Unidos.
¿Cuál era la agenda de Pastrana y a quien servia en Los Posos 1999-20 de febrero de 2002? |
CON LA ASUNCIÓN AL PODER
del presidente Pastrana se concretó el
fortalecimiento y cambios estructurales y estratégicos en el Comando
Operacional de las Fuerzas Militares; solución del conflicto entre las Fuerzas
Militares y la Policía Nacional que Estados Unidos había provocado porque según
el Pentágono existía un alto grado de corrupción en las FF.MM. colombianas y
estos no contribuían a la lucha contra el narcotráfico y sí la Policía; aprobación
del Plan Colombia en el gobierno pastranista que abrió la intervención directa
de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en el conflicto colombiano bajo la
excusa de combatir el narcotráfico, cuando en realidad se trataba de un Plan
Contrainsurgente y que más adelante se ejecuta bajo la presidencia de Álvaro
Uribe con la aprobación del Plan Patriota y la implementación de la llamada
Seguridad Democrática, que no es más que la continuidad de la Doctrina de
Seguridad Nacional.
Toda esa política sirvió para la apertura de un amplio
teatro de operaciones al Comando Sur en un territorio geopolíticamente
estratégico como lo es el colombiano con la apertura de siete bases militares y
cuyo objetivo mediato es provocar el derrocamiento del gobierno bolivariano y
apoderarse de sus enormes yacimientos petrolíferos y frenar el avance e
influencia político militar que pueda generar UNASUR pero muy especialmente
Brasil.
LOS VERDADEROS
DEMÓCRATAS, hombres progresistas y
militantes de la izquierda latinoamericana debemos tener muy presentes que esta
estrategia política del imperialismo norteamericano, con la complicidad y
acompañamiento de la oligarquía colombiana continúa hoy manteniendo el mismo
principio de buscar una solución de paz en Colombia de acuerdo a sus intereses,
pero ahora en este nuevo escenario político de paz, agendados entre el gobierno
de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC-EP) cuyo inicio de dialogo se concretará en este mes de octubre en
Noruega ha quedado en evidencia que la guerrilla no se sentara en la mesa para
firmar su desmovilización y capitulación, así lo ha dado a conocer muy
claramente el Comandante en jefe de las FARC Timoleón Jiménez. De igual forma
seguramente sucederá con el ELN si esa fuerza insurgente acepta la propuesta de
abrir una mesa de dialogo con el actual gobierno colombiano.
Porque las fuerzas insurgentes tienen como alma el anhelo
del pueblo, el sueño de justicia y libertad de los humildes y reivindica la
vigencia y legitimidad de la lucha armada como un derecho inalienable de los
pueblos a rebelarse contra regimenes tiránicos y terroristas y que se esconden
bajo una legalidad impuesta por la clase dominante, con el disfraz de la
democracia representativa, como expresión de la violencia.
Tengamos fe y esperanza de que el proceso por iniciarse en
Oslo, Noruega pueda llegar a buen puerto, pues de lo contrario tendremos que
confirmar nuevamente lo que una tarde del año 2001 en Los Pozos, me comentó el
Comandante Alfonso Cano en una larga y fructífera entrevista que sostuvimos ese
día: “si no se logra concretar un
proceso de Paz con el gobierno de Pastrana, tendremos en los próximos cinco
años una montaña de muertos”.
Igual puede suceder con este proceso, si no se asume con
férrea voluntad política la firma de un serio y categórico proceso de paz y
olvidar la formula de la rendición o la claudicación de la guerrilla con la
cual siempre han soñado algunos sectores de la derecha y de la oligarquía
colombiana. Por ello una señal muy importante en el comienzo de estos diálogos
es que se alcance un acuerdo, al menos, de cese bilateral de fuego ofensivo.
Y tener claro que para mantener esa Paz debe exigirse la
retirada de todas las expresiones y fuerzas militares de países extranjeros y
el compromiso expreso que desde territorio colombiano no se utilizará ni un
solo pedacito para atacar a ningún país con los cuales Colombia mantiene
fronteras.
Pues de lo contrario si no se logra la Paz con esos
compromisos estaremos ante la posibilidad de que América Latina arderá.