La victoria bolivariana en las votaciones luce bien
asegurada. El problema es que la contrarrevolución cuenta con un PLAN-B
( desestabilizador ) relacionado con los resultados de las votaciones.
Un triunfo aplastante de Chávez le crearía una enorme
dificultad a su inmediata instrumentación y abriría una nueva oportunidad para
profundizar la revolución hacia el socialismo.
Una victoria moderada del “chavismo” posiblemente no
detendría el intento sedicioso, pero reduciría su efectividad.
Un triunfo de Chávez por poco margen le serviría a las
derechas para crear una situación de alta peligrosidad, que solo podría ser
contrarrestada con una incontenible avalancha bolivariana político-militar.
Algo posible y probable.
El alerta es válido y el plan de contra-ataque popular imprescindible.
Es demasiado importante lo que está en juego en estos
días y un poco más allá en la Venezuela y en nuestra América.
Decimos ahora y más allá, proyectando esta coyuntura hacia
las elecciones de Alcaldes y Gobernadores fijadas para diciembre, en las que
las expectativas no son tan alagüeñas para el PSUV y aliados como en las de
hoy; dado el contraste entre el imponente liderazgo de Chávez y las debilidades
de ciertas candidaturas oficialistas a nivel intermedio, por el impacto
negativo de la corrupción, la ineficiencia y los privilegios burocráticos.
A eso se agregan los enormes recursos mediáticos, económicos
e ideológicos- culturales manejados por las derechas con gran desenfado, en
tanto el proceso revolucionario todavía no ha atacado con la debida profundidad
y contundencia las bases del capitalismo venezolano: la gran propiedad privada,
la ideología, los grandes medios de alienación, la cultura rentista-consumista
petrolera, el mercado y la especulación capitalista.
En ese contexto los componentes mas agresivos de la
alianza oligárquica-imperialista, conectada con la extrema derecha colombiana
(uribista), están procurando ejecutar ese plan en conexión con estos comicios;
mientras los “moderados”, previendo una derrota electoral significativa, se
inclinan por fortalecerse cara a los comicios estaduales y municipales de
diciembre, con el propósito de cercar institucionalmente al Presidente Chávez y
luego intentar el remate.
De todas maneras el PLAN B -a breve plazo o a futuro-
persigue crear las condiciones internas para una agresión externa tipo Libia.
No hay que olvidar que la multi-crisis del capitalismo, sus
carencias, militarización y determinación de apropiarse por la fuerza de
recursos naturales vitales para su existencia que posee Venezuela, alimenta su
voracidad y agresividad. Y esto solo se contrarresta incrementando el respaldo
popular, radicalizando el proceso, socializando en mayor escala y superando las
deformaciones burocráticas, estatistas y/o pro-socialdemócratas que lo
debilitan.
7-10-12