viernes, 26 de octubre de 2012

El otro vocero de las FARC

Estas rodeado de la verdad, La Calle, rodeado por las palabras de Joseph Stiglitz e Iván
Márquez, ambas describen la realidad. Para Humberto de la Calle y Santos esa realidad
es "petreo", inamovible. Pero eso no depende de los mencionados si no la correlación de
fuerza. Si el factor subjetivo madura, pues no hay duda que el pueblo colombiano moverá
esos factores inamovibles al basurero de la historia.



El otro vocero de las FARC

Octavio Quintero (especial para ARGENPRESS.info)

Viernes, 26 de octubre de 2012 / Joseph Stiglitz, el laureado escritor (Nobel de Economía 2001), podría sentarse con todo derecho en la mesa de Oslo a hablar de Paz en Colombia a nombre de las FARC; y tal vez no sería tachado de “anacrónico”...
En su último libro, “El precio de la desigualdad”, nuevo best seller de Tauros, Stiglitz dice de entrada:
“El 1 % de la población disfruta de las mejores viviendas, la mejor educación, los mejores médicos y el mejor nivel de vida, pero hay una cosa que el dinero no puede comprar: la comprensión de que su destino está ligado a cómo vive el otro 99 %. A lo largo de la historia esto es algo que esa minoría solo ha logrado entender… cuando ya era demasiado tarde”.
De entrada también, Iván Márquez, el guerrillero jefe de las negociaciones de Paz con Santos, dijo…
“Más de 30 millones de colombianos (el 70% de la población) viven en la pobreza; 12 millones en la indigencia; el 50% de la población económicamente activa, agoniza entre el desempleo y el subempleo; casi 6 millones de campesinos deambulan por las calles víctimas del desplazamiento forzoso. De 114 millones de hectáreas que tiene el país, 38 están asignadas a la exploración petrolera y 11 millones a la minería; de las 750.000 hectáreas en explotación forestal, se proyecta pasar a 12 millones. La ganadería extensiva ocupa 39.2 millones. El área cultivable es de 21.5 millones de hectáreas, pero solamente 4.7 millones de ellas están dedicadas a la agricultura, guarismo en decadencia porque ya el país importa 10 millones de toneladas de alimentos al año”.
Y como respondiendo al prólogo de “El precio de la desigualdad”, el guerrillero dice con respecto a ese 1% del que habla Stiglitz: (…) “Ellos sólo piensan en el incremento de su botín, no en la reducción de la miseria”.

TANTO EL NOBEL COMO EL GUERRILLERO proponen un cambio inmediato de modelo económico. Y es de suponer que la respuesta que dio el vocero oficial del gobierno de Santos, Humberto de la Calle, a Márquez, resulta válida también para Stiglitz…
(..) “Ni el modelo de desarrollo económico que tiene Colombia en la actualidad, ni el régimen jurídico que ampara la propiedad privada, ni el modelo de inversión extranjera vigente en el país, ni la doctrina militar, serán parte de la negociación de paz entre el Gobierno y las FARC”.
Volvamos a este libro que, seguramente, el negociador de Santos ya debe haber leído porque él es un intelectual in…
“Los mercados por sí solos no son ni eficientes ni estables y tienden a acumular la riqueza en manos de unos pocos, más que a promover la competencia… Las políticas de gobiernos e instituciones son propensas a acentuar esta tendencia, influyendo sobre los mercados en modos que dan ventaja a los más ricos frente al resto. La democracia y el imperio de la ley se ven a su vez debilitados por la cada vez mayor concentración del poder en manos de los más privilegiados.
“El precio de la desigualdad constituye una contundente crítica a las ideas del libre mercado y a la dirección que Estados Unidos y muchas otras sociedades (Colombia entre ellas) han tomado durante los últimos treinta años”…
Fin de folio: Ya las FARC pueden levantarse de la mesa y dejar este libro de Stiglitz como propuesta al gobierno para que tome de él lo que a bien tenga. Aunque, a juzgar por la contundente afirmación de De la Calle, también Santos ha declarado “inamovibles” las causas subjetivas de la violencia en Colombia, de las que hablara en su momento el expresidente Belisario...