miércoles, 17 de octubre de 2012

Empezó la jodía



Domínico Nadal, Revista Cambio Total.


Hoy comienzan los diálogos en Oslo, capital de Noruega. Ya están en el “partidor automático” los dos equipos. El de la guerrilla de las FARC-EP y el del gobierno colombiano. Se inicia una fase decisiva para la vida del pueblo y del país.

Hemos sabido desde siempre lo que plantea la guerrilla y sus inmensos deseos de una salida política al conflicto interno. Del gobierno hemos sabido, también desde siempre, cuáles son sus cálculos y sus esperanzas: ganar en la Mesa de Conversaciones lo que no puede ni ha podido en el campo político-militar, vencer a la insurgencia armada del pueblo colombiano.

La cosa no será fácil. Si todos los delegados fueran como van las FARC no habría problema, pero los delegados gubernamentales, como su gobierno, tienen la posición ambigua de si la cosa no va a su favor se levantan y patean la mesa. Otra vez. Ya son tres los intentos grandes hechos por las FARC y en las tres ha sido el gobierno nacional -y tres de sus representantes clasistas- el que se ha levantado de la Mesa justificando su levantamiento con excusas anodinas.

Bien hizo el Comandante en Jefe de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, al recordar que nunca han sido las FARC las que patean la Mesa. El gobierno la patea esgrimiendo sus conocidas exusas, que si la guerrilla “secuestró a no sé quién”, que si la guerrilla “le puso un collar bomba a una señora -la verdad fue que fue una banda comandada por un agente del DAS-, que si las FARC no respetaban la “zona de distensión”, y mil parapetos más.

No sabemos la excusa que sacarán ahora si la cosa no les va bien. Y, lógicamente, el gobierno quedaría con el culo pelado ante los ojos del mundo, pero sabemos de antemano que al gobierno le importa un carajo la opinión de una comunidad internacional que se derrite por hacer “bisiness”, negocios con el gobierno colombiano que calla bocas y compra conciencias al feriar los recursos naturales.

Por ello la inmensa necesidad de meterle pueblo a “la jodía”, es decir, a la Mesa de Conversaciones y a los futuros diálogos, si es que se llega a esa etapa. Sin pueblo el proceso de Paz carece de sentido y no llegará a buen puerto. Con el pueblo movilizado, invitando a diferentes organizaciones en el transcurso de las conversaciones, los politiqueros oligárquicos que pelechan en el poder tendrán que entender que el cansancio popular puede llevar a un estallido, hasta a una insurrección.

La experiencia del Caguán nos enseña que el pueblo está a la espera de ser convocado para adelantar la lucha por la Paz con justicia social, libertad, democracia, independencia y soberanía nacional, es decir, para lucha por la Nueva Colombia. Y sabemos, por experiencia propia, que los delegados gubernamentales no resisten una mirada a los ojos...

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Publicado por cambio total en CambioTotalRevista el 10/17/2012