Guerrillera de las FARC en positición de combate. |
2012-10-26-abpnoticias-Jaime A.
Moreno - Después de la esperanza de millones de colombianos sobre el supuesto
interés de paz del gobierno de Juan Manuel Santos, la cruda realidad que imponen
unos pocos prosigue su camino. Hay que decirlo con toda honestidad para que el
mundo sepa que aún faltan muchos muertos de luchadores populares para que de
verdad haya un proceso de paz genuino.
La
elite colombiana nunca se ha sentado en ninguna mesa con el movimiento
insurgente para hablar de paz. Los pasos que ha dado en este sentido solo han
tenido el afán de disminuir la presión del movimiento social para que haya un
desfogue controlado de la protesta social, mientras ajustan las piezas de su
andamiaje para el reacomodo militarista y garantizar el despojo que le hacen
permanentemente a la nación entera.
Por
lo tanto, los diálogos controlados son el equivalente a las elecciones
controladas, poder constituido que niega al poder constituyente, son un fin y
medio al mismo tiempo; sirven al régimen para medirle las fuerzas al pueblo y
decidir la política en función de la cohesión social del rebaño, que en simple
lógica significa ahogar el disenso.
Los
diálogos desde la perspectiva gubernamental sirven como un laboratorio o
termostato que alimentan el sistema de información cibernético obtenido de
millones de anhelantes, que retroalimenta la política del cómo actuar en el
siguiente periodo. De la información recabada, surge el insumo para la
verdadera política de mayor, igual o menor guerra sucia contra el pueblo, con
énfasis en las regiones o sectores donde haya mas apoyo a los diálogos, o se
estén posicionando nuevos liderazgos inconvenientes para la elite, y así identificar
a sectores sociales que no se expresan electoralmente para golpearlos. Esta es
la apuesta del régimen. Difícil de entender para mentes sanas.
Soldado de las Fuerzas Especiales del Ejército nacional en medio de la población. |
Entonces,
diálogos y elecciones son una misma arma política oligárquica para descubrir el
alma nacional por quienes participan en ellas, como por quienes no lo hacen, la
forma y contenido de cada dialogo o elección son una fuente inagotable de
información para la oligarquía y el imperio: El desarrollo interno de éstos, el
contexto y las tensiones en que se desarrollan, producen la información
necesaria para reacomodar los poderes de la hegemonía y enfrentar los desafíos
populares.
Al
ligar ambas categorías, diálogos-elecciones quiero mostrar que ambos escenarios
son utilizados para legitimar cíclicamente a un régimen absolutamente
ilegitimo. Que necesita de ellos para decir aquí mando yo porque me he re
legitimado. Próximamente publicare el libro: “poder, elecciones y democracia en
Colombia, una mirada al conflicto.” Desarrollando a fondo este aspecto.
Las
nuevas conversaciones de Paz, están diseñadas desde un férreo sistema de
control de todos los elementos del proceso, por ello, ya en los prolegómenos de
los diálogos de Oslo y la habana, la cólera del señor Humberto De La Calle,
representante del gobierno, no pudo ser contenida, se impuso su soberbia y
arrogancia ante los ojos de medio mundo, enfermedad inoculada desde hace mas de
300 años por la corona española al conjunto de la venal dirigencia oligárquica
colombiana. Tempranamente les fallo una de sus aristas. Las mentiras oficiales
de su falsa paz quedaron en evidencia a las primeras de cambio; no solamente
por la sentida presentación de la proclama, del secretariado de las FARC-EP, en
voz del comandante Iván Marques, sino porque en la mesa de instalación se
mostró al mundo que ambas delegaciones provenían de países distintos así el
sancocho fuera hecho en la misma tierra.
Fue
evidente que el gobierno colombiano no llevaba ninguna propuesta de paz a la
mesa. Su discurso vacuo no pudo avanzar mas allá de los lugares comunes y su
retórica sobre su magnaminidad ante la obediencia, no pudo enmascararlas, su
afán exclusivo era y es llevarlas a un oscuro lugar despoblado de sueños del
pueblo, de puertas cerradas e indudablemente pletórico en abundantes recursos
judiciales y financieros para los dirigentes insurgentes, con el animo de cercarlos
y mantenerlos bien distantes del eco del pueblo, para que al soberano solo se
le pudiese informar con comunicados sobre el avance de la claudicación del
movimiento insurgente.
¡Qué
equivocados y contumaces son, qué lejos de conocer el alma y la dialéctica de
la lucha del pueblo colombiano en esta época de ascenso revolucionario!
Pero
en Oslo tuvo lugar un acto fugaz profundo sobrecogedor e implacable en sus
consecuencias políticas dentro de Colombia, me reacuerda a Fidel y su memorable
juicio a la oligarquía cubana y al imperio después del “fracaso del cuartel
Moncada”, donde cae prisionero junto a un reguero de muertos de sus compañeros,
“La historia me absolverá”, una sensible derrota convertida en un triunfo moral
que le abrió caminos a la revolución cubana. Qué bonita victoria popular fue
poner en evidencia las limitaciones de un régimen que lo único que sabe es
mentir, excluir, corromper, aniquilar, asesinar, despojar, trampear, engañar,
apuñalar embrutecer y cuanto acepción se pueda utilizar sin la menor opción de
estar calumniando.
El
mismo hecho pernicioso de que sus medios de intoxicación masiva suspendieran la
rueda de prensa en directo de los negociadores de las FARC-EP, inmediatamente
después de su presentación, muestran a la saciedad que ante cualquier
ventanilla que abra el régimen a la otra orilla, por ella se le cuela todo el
país, Somos una sociedad sedienta de democracia, de opciones, de alternativas,
de participar, de decidir de gobernar en función de si misma; y ellos no están preparados para ninguna
apertura democrática, la democracia los asusta, los hace estallar de odio, y
ello los obnubila.
Pero
las consecuencias de ese rayo fugaz ya están a la orden del DIA, tanto por los
mismos derroteros por los que transite la mesa como por los estertores en la
dinámica del campo popular. El pueblo ha ido aprendiendo de las marrullas de
sus enemigos.
Sin
duda no hay que menospreciar la intención gubernamental de aniquilar la luchas
mochando cabezas como es su costumbre, solo que esta vez la inconformidad es
tan diversa y galopante que el pueblo no se quedara quieto ante una nueva
masacre como la sucedida con el aniquilamiento físico del movimiento popular,
tal como sucedió con la Up, y con tanto líder social con proyecto de país alternativo;
seguramente entraremos en un proceso de masificación y cualificación de la
lucha popular encaminada necesariamente a favor de la revolución..
Es
evidente que el régimen solo apuntará a buscar el cassus belli, esta vez en el
área de lo político, para abortar este
nuevo proceso para que muera antes de nacer y así disminuirle sus costos
políticos, no importa que duren ocho o diez meses para justificarlo, en
síntesis desde los intereses oligárquicos calcularon mal el proceso porque
midieron equivocadamente la idea de un acuerdo político a bajo costo con miras
a la nueva gran estafa al movimiento social. En suma, se creyeron sus propias
mentiras sobre el verdadero estado de las fuerzas sociales incluyendo al
movimiento insurgente.
El
hecho de que el régimen por intermedio de la fiscalía, limite la movilidad a los
voceros insurgentes a posteriori de la instalación de la mesa de dialogo para
impedir que expliquen al mundo su propuesta, es un golpe artero muy propio de
la dirigencia colombiana no acostumbrada a tratar con iguales o con hombres y
mujeres libres.
Esta
medida que apenas se reseña en uno que otro medio bien escondida no es de
cualquier monta, encierra el mensaje de que no están dispuestos ni siquiera a
que los voceros de la contraparte se salgan del ámbito de las conversaciones
controladas o pretendidamente atrapadas, mucho menos están interesados en hablar
de los destinos de la patria y peor aún a que se cambien los derroteros de
país. En las pequeñas cosas están las grandes decisiones.
Si,
el mensaje del secretariado de las FARC-EP, genero un cimbronazo en el gobierno
y en el régimen que los mantiene mudos, se le cayó la estantería de la trampa.
Los cálculos electorales de Santos para su reelección quedaron en entre dicho,
habían propagado la idea que las FARC-EP estaban divididas y en camino a la
derrota, solo faltaba la firma de unos acuerdos parecidos a los firmados con el
M-19, y todo el mundo feliz.
Pero
no, este Uribe II disfrazado de demócrata solo es un alfil de corto alcance de
lo mas retardatario de la elite colombiana al servicio del imperio. Su inicua
ley de victimas, restitución de tierras, la ley que pretende equiparar la
dignidad de luchadores populares con los escuadrones de la muerte
narcoparamilitares, en su “marco jurídico para la paz”, solo tienen el alcance
de sus miserias para con este pueblo sacrificado y luchador.
Nada
será fácil en el camino a seguir en la lucha por la dignidad y soberanía de
nuestro pueblo, ya se descubrieron las cartas del tahúr, en un contexto donde
reproducir la vida misma es un acto de magia. Basta recordar las cifras de Iván
Marques. ¿No es escandaloso que paralelamente a los diálogos de paz se imponga
una reforma fiscal para seguir exonerando o rebajando impuestos a las
multinacionales y a los ricos mientras le traslada a la exigua clase media el
peso de la reforma, como lo denuncia el senador Jorge Robledo hoy 23 de
octubre, cuando dice que Santos le miente descaradamente al país? O no repugna
que el fuero especial a las atrocidades militares para que asesinen en total
impunidad ya este a punto de convertirse en ley de la republica contrariando a
centenares de defensores de derechos humanos en Colombia y el mundo, o que en
plena idea de las conversaciones se anuencia un aumento de pie de fuerza de 25
mil hombres de la “fuerza publica”, ¿para pelear contra quien? Diría cualquier
desprevenido, o que se doten de nuevas y sofisticadas armas para combatir a la
insurgencia y además anuncien que próximamente entraran a operar Drones o
aviones no tripulados con equipamiento militar para dizque proteger la
infraestructura publica y las inversiones internacionales.
Lo
positivo de este nuevo engranaje o pulso sobre la paz, es que el pueblo y sus
organizaciones de base, crecen desde el silencio y por fuera de los flash, ya
no se engañan ni engañan con el falso camino desde las elecciones controladas,
hoy cada vez se piden menos cosas y se exige mas participación, llegara el
momento para las elecciones cuando las circunstancias lo permitan en total
equilibrio y honradez y ello solo será posible cuando el poder popular defienda
la salida política al conflicto y la imponga como un derecho del pueblo a la
soberanía y la paz por encima de los monstruos de siempre.
Afortunadamente
esa Colombia invisible esta imbricando un discurso en consonancia con su
ejercito de rebeldes y sus múltiples formas de lucha, por ello para hablar de
paz tenemos que conocer y hablar sobre la guerra y su lucha de clases. Como deber
moral nos corresponde integrarnos en una sola bandera que rompa las cadenas de
la falsa división, pues sabemos que desde algunos minoritarios sectores
oportunistas de la autodenominada izquierda democrática disparan misiles para
torpedearla mientras hablan de paz, porque de ella obtienen sus muy abundantes
réditos.