Sanrtos no promete paz, sino más guerra, si el proceso de paz no se hace a su manera |
Sergio Camargo
Periodista
y escritor
Mi más profunda
convicción y mi deseo más sincero, es el de que se logre en nuestra Patria
Colombia una Paz Real y Duradera, con Justicia Social, Dignidad y Soberanía.
No es la primera vez que se dan o que se inician “diálogos”
de paz, entre una parte de colombianos disidentes u opuestos al régimen
genocida colombiano. Pues la historia nos cuenta y da cuenta de un sin numero
de veces en los cuales se ha intentado conciliar y reconciliar a todos los
colombianos y colombianas para lograrse una vivencia en paz, compartiéndose las
riquezas, distribuyéndose las ganancias, sin acaparamiento del poder y un
progreso para todos sin exclusión.
Pero todo esto ha sido un mero sueño, ya que la realidad
de hoy en día, nos muestra un país desbaratado, con una corrupción a todo
vapor, una desigualdad cabalgante y casi imparable, narcotráfico pujante,
narcoparapoliticos en el poder y libres de toda culpa, una criminalidad
campante, unas fuerzas armadas con acciones peores que las de un ejército de
ocupación, niños y mas niños muriéndose de física hambre o por falta de
atención medica o abandonados a su suerte a causa de la pobreza extrema de las mayorías,
mas de doce millones de ciudadanos desplazados y desterrados adentro y fuera del
país, movimientos insurgentes obligados a armarse, escuadrones de la muerte al
servicio del puñado de ricos dueños del régimen-disque democrático- y paremos
de contar por que la lista es larga. Es decir a falta de verdaderos diálogos
vivimos una horrible pesadilla.
Y todo lo anterior es producto de esa falta de dialogo
real y sincero por parte de la clase dominante que después de mas de ciento
noventa años, se apoltrono en el poder y que a base de mentiras, manipulaciones
y guerras se ha mantenido ahí, estática, solo viendo como su poder y fortuna se
acrecientan con la ayuda y el aval de la potencia militar mas grande del
planeta, los Estados Unidos y quienes también se han beneficiado de nuestras
riquezas y de nuestra debilidad en tanto
que pueblo, en tanto que nación.
El régimen colombiano no sabe Dialogar, este régimen sabe
imponer; este régimen no desea distribuir las riquezas, sabe como acapararlas;
este régimen no quiere compartir el poder, lo tiene amarrado, encadenado a sus
intereses; a este régimen no le conviene la paz, vive de la guerra y reina
dividiendo a las mayorías; este régimen jamás ha hablado con la verdad, le
encanta mentir y sabe muy bien manipular; este régimen aborrece la justicia, le
teme por que si existiese de veras, estarían ellos tras las rejas; este régimen
no acepta una soberanía total, le huye, sino quien los defendería y dotaría de
armas; este régimen genocida no ama a su pueblo, lo asesina impunemente por un
si o por un no.
Los “diálogos” que comienzan y -comienzan mal-, entre el régimen
genocida colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –
Ejército del Pueblo-, han sido anunciados con bombos y platillos por propios y extraños,
pero desafortunadamente se dan dentro de un contexto de guerra sucia; el régimen
sigue bombardeando y asesinando civiles, negándose a decretar una tregua, como
lo han sugerido los miembros de las FARC y encarcelando periodistas y lideres
populares acusados de pertenecer al movimiento insurgente sin pruebas y con
montajes dignos de una justicia parcializada y vengativa. Se sigue persiguiendo
a los movimientos de izquierda y se prevé su aniquilamiento como paso con la Unión
Patriótica. El régimen le teme a la batalla de ideas.
En los supuestos diálogos, el régimen ha nombrado a
personajes tatuados en la frente con sangre de inocentes compatriotas
asesinados cobardemente, mientras la cobarde prensa afín al tirano régimen,
continua con su campana de desprestigio del movimiento revolucionario en armas
y promueve por todo lo ancho y largo de la geografía nacional, un alzamiento
“popular” contra las FARC, acusándolas de continuar con la retención de
delincuentes de cuello blanco, narcoparapoliticos y militares, a lo que esta prensa
llama secuestrados y repiten la propaganda del régimen de que las FARC son
narcotraficantes y reclutadores forzosos de menores y, en compañía de ONGs de
corte fascista y grupúsculos mafiosos, convocan a supuestas victimas de la
guerrilla, algo que no realizaron en contra de los escuadrones de la muerte años
atrás y causantes de mas de doscientos mil asesinatos y millones de hectáreas
de tierras robadas. Mentiras bastante nocivas para el logro de acercamientos y
posibles acuerdos entre las dos partes.
Por su parte las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia siguen apostándole a la Paz con Justicia Social, continuando en su
lucha armada y esperanzadas en que esta vez el gobierno de turno, no mienta ni
manipule como es su costumbre y como lo ha hecho en todos los “diálogos” que se
han entablado con grupos o movimientos disidentes desde hace mas de un siglo y
medio. Según su máximo jefe el comandante Timoleón Jiménez, la guerrillada
(mujeres y hombres que componen el movimiento revolucionario) esta unida tanto
en la guerra como en los diálogos que sus lideres comenzaran en Oslo, Noruega y
proseguirán en la Habana, Cuba. Las FARC lo han dicho y los repiten, sus
reivindicaciones no son a titulo personal ni de grupo, algo que el régimen no
esta presto a escuchar.
Para terminar, yo no creo tampoco en la sinceridad del
imperio estadounidense, quien es el verdadero piloto a distancia de este
encuentro entre el regimen y la guerrilla. Los motivos o las razones sospecho
yo, que se deben principalmente a la crisis de la dictadura capitalista y al
deterioro de la maquinaria militar puesta en acción hace diez años, para
aniquilar a la insurgencia sin los resultaos esperados. Llamar a la insurgencia
a “dialogar”, mientras se reestructura la maquinaria militar, mientras se hecha
mano de toda la inteligencia técnica y humana para localizar a todo el
secretariado de las FARC y principales jefes, para su posterior liquidación, y
apaciguar el creciente descontento popular hablándole de paz, aunque sin pan ni
trabajo, seria una posible estrategia de los yanquis y el régimen para sortear
una crisis que golpea a todos los regimenes del sistema dictatorial
capitalista. Esto es lo que se llama ganar tiempo.
Los yanquis no dan puntada sin dedal y seria ingenuo
pensar, que ellos estarían dispuestos a sacar del país sus mas de cinco mil
soldados, asesores técnicos, agentes secretos y/o espías y a abandonar sus
siete bases militares que ya son nueve y mañana quince o veinte, por que no? Pues
dejar socializarse a los países suramericanos, eso jamás! O dejar a su suerte a
esa lumpen –oligarquía, que tanto le ha servido por décadas y que no ha pestañado
en aprobarle y ayudarle en sus aventuras criminalo-militares en todas partes el
mundo. Imposible
La historia nos enseña que el imperio yanqui y el régimen
colombiano no saben dialogar, ellos saben muy bien imponer….
18 octubre 2012