lunes, 8 de octubre de 2012

Credibilidad, confiabilidad y esperanza para avanzar hacia caminos de paz


“¿Será que los de arriba buscan triplicar sus ganancias, estimulando la
guerra?”, se pregunta el columnista de ANNCOL, Valmern, en ésta crónica.
En la foto 
el Presidente Juan Manuel Santos dialoga con el Comandante de
las Fuerzas Militares, general Alejandro Navas. Foto Andrés Piscov.


Punto de vista de un desterrado colombiano.

Por: Valmern – Vozcol 
Octubre 8 de 2012 – No.003

Los ejes centrales que, en general mueven y afianzan la lucha por la paz, la justicia, la democracia, la soberanía y la dignidad de patria, se alimentan de los logros alcanzados en campos tan difíciles como los de la credibilidad, la confiabilidad y la esperanza. Estos ejes obligan a los liderazgos del movimiento social y de masas, como a las fuerzas políticas de izquierda y patrióticas, a medir con la máxima precisión posible cada una de las propuestas que se plantean, cada uno de los pasos desarrollados y cada uno de los compromisos adquiridos.
Las arrogantes, prepotentes, experimentadas, violentas y maquiavélicas pandillas de dominación y agresión con las que cuenta el imperio, la clase dominante tradicional y emergente, la politiquería al servicio del sistema imperante y los grandes medios de comunicación, son perfectamente entendedoras y profundamente temerosas de los impactos y efectos generados al interior de los pueblos y en favor de las grandes mayorías sociales y populares, cuando estas creen en la fuerza de su unidad, cuando confían en sus grandes y alcanzables objetivos, cuando palpan sus logros, cuando justificadamente crece en ellas la esperanza en el presente y en el futuro, en el país, en la región y en el mundo.
Son las realidades, las que hoy como ayer, muestran la imperiosa necesidad de luchar por crecientes, fortalecidos y definidos niveles de unidad de acción, de unidad en torno a todo lo que exprese y aporte espacios para encontrarnos en el no menos difícil, insoslayable y complejo campo de generar toda la conciencia de masas y toda la conciencia política que se necesita para transitar los caminos del hoy, del mañana y del futuro.
Es apenas de esperar que las pandillas de la ultraderecha, interna y externa, seguirán haciendo uso de todo lo que dispongan, para justificar su accionar de violencia, de mentira y de engaño, buscando negarle al país la posibilidad de avanzar en los procesos de diálogo y en la búsqueda de los caminos hacia la justicia social, la democracia real y la soberanía plena. Pero la grandeza de la patria, de su pueblo y de su agigantado movimiento social y de masas, es construida por las grandes mayorías, por quienes realmente aman la paz y están comprometidos con los más altos objetivos de justicia.
¿Será que los de arriba buscan triplicar sus ganancias, estimulando la guerra?
(Hasta la próxima)