lunes, 31 de diciembre de 2012

Colombia: ¿Es viable un Estado autónomo del Caribe?




Por Horacio Duque
Colombia es un país de regiones. Su complicada geografía de cordilleras, valles y llanos han dado forma a grupos humanos específicos. Costeños, paisas, santandereanos, chocoanos, boyacenses, rolos, pastusos, llaneros, caqueteños, caucanos, hacen parte de un abigarrado complejo humano plural y diverso de casi 50 millones de seres humanos.
Sin embargo, la organización política de la nación desconoce esa realidad y funciona como un dispositivo centralizado y autoritario que omite los derechos regionales de autonomía y participación democrática.
La centralización del poder en Bogotá produce consecuencias muy negativas en la distribución del presupuesto público, en el reparto de la riqueza económica y en la localización de los servicios de salud, educación y las dotaciones urbanas para el deporte, la ciencia y la cultura. Hay una periferia excluida en la que habitan millones de ciudadanos afectados en sus condiciones de vida que son precarias e inaceptables.
La Región Caribe es una de las áreas golpeadas por la marginación y el olvido. En su territorio habitan cerca de 12 millones de seres humanos, ubicados en los departamentos de Córdoba Sucre, Bolivar, Atlántico, Magdalena, Cesar, San Andrés y la Guajira. Millones de campesinos sufren la violencia de una de las haciendas ganaderas más violentas, pues ejércitos privados de paramilitares asesinan y acribillan a los trabajadores que reclaman derechos y justicia. El Caribe vive en épocas feudales y de servidumbre. La modernidad le es ajena y el imperio de los gamonales es implacable.
Barranquilla es su epicentro urbano, hasta donde llegan los desplazados por la violencia y el despojo, especialmente de Córdoba, una jurisdicción de las bandas paramilitares que operan en llave con la clase politica tradicional de origen latifundista y ganadero.
Recientemente se ha planteado la idea de organizar la Región Caribe como un Estado autónomo regional. Una consulta liderada por el doctor Eduardo Verano de la Rosa, quien fue constituyente del 91, Ministro del Medio Ambiente y gobernador del Atlántico, reunió recientemente más de 2 millones de votos favorables, lo que indica el nivel de legitimidad de la iniciativa. Los costeños quieren soberanía y descentralización del Estado. Se cansaron del centralismo bogotano de la oligarquía santafereña.
La democratización del Estado es una bandera popular y de paz. Avanzar en la organización de una institucionalidad regional caribeña es una idea progresista que debe redundar en la solución de los problemas de pobreza de millones de personas y en el reconocimiento de sus derechos políticos para participar democraticamente en todos los campos de la vida pública.
Los habitantes de la costa caribe colombiana tienen derecho a reclamar una mayor descentralización en todos los campos. Su autonomía está bien planteada y debe abrirse a relaciones globales que atiendan las nuevas tendencias en la cuenca del Caribe, donde otros Estados han conformado alianzas progresistas teniendo como pivote la política revolucionaria de la Republica Bolivariana de Venezuela, gestora del Alba y de otras coaliciones supranacionales anti imperialistas.
Marinilla, 31 de diciembre del 2013.