Salario Mínimo
Más migajas para los pobres
Por Sergio Camargo*
Según nos
cuentan los potentados en Colombia, las ganancias del sector financiero
alcanzaron en el primer semestre del 2012, la ‘modesta’ suma de 16.7 billones
de pesos –algo así como un 169%-, mientras que las principales empresas del
país siguen acumulando capital a costillas de las y los obreros colombianos
desde luego, y las transnacionales se enriquecen sin mayor esfuerzo.
También, nos
enseñan las noticias hechas por los mismos potentados –medios de comunicación
comerciales pertenecientes a los arriba nombrados-, que el país va bien, que la
economía crece, que somos una potencia en América Latina, que estamos fuera del
alcance de la “crisis”europea y estadounidense (en Europa y Estados Unidos los
dueños de las bolsas y los propietarios y presidentes de bancos y presidentes
de grandes y medianas empresas no solo siguen ganando estruendosos salarios,
sino que estos han aumentado considerablemente, mientras que el salarios de los
empleados, obreros calificados sufre recortes y el salario mínimo se estanca),
que el crecimiento del país es fenomenal, y hasta la directora del FMI, la
señora franco-estadounidense y quien es abogada, no economista, felicito al
país y lo puso como muestra de progreso (¿?)
Mientras tanto las
estadísticas colombianas de todo borde, -y ya que estamos hablando de economía-
nos enseñan la otra cara de la moneda, confirmándonos que el salario mínimo de
los pobres del país y que tienen un empleo, no ha aumentado en estos últimos
diez años sino en un tres por ciento promedio, si tenemos en cuenta que en el
2003 el salario de hambre era de 332.000 pesos y hoy en día es de 566.700
pesos; mientras que los productos de primera necesidad han aumentado mas de un
cien por ciento; los precios de estos productos se han duplicado mismo
multiplicado o cuadruplicado.
El régimen colombiano fiel
a su política de genocidio, humillación y hambre contra su pueblo, propone un
miserable aumento de un 4 o 5%, argumentando falazmente uno de los grandes
patrones del país y el presidente de la republica, que elevar el salario mínimo
pone en peligro la generación de empleo y otras tantas mentiras que afirman y
que el pueblo debe constatar y tomar conciencia, para decidirse de una vez por
todas a hacer la revolución y recuperar su dignidad.
Pero lo mas descabellado de
todo esto, es que los salarios de los putrefactos congresistas y los cínicos
ministros y otros tantos bellacos incluido el presidente de la republica son
treinta y cinco, cuarenta y hasta cincuentas veces mas elevado que un salario
mínimo, sin olvidar la patronal privada que es mucho mas elevado, descontando
las trampas que hacen unos y otros, para ganar mas fortuna sin declararla o
escondiéndola en paraísos fiscales.
Y hablando de impuestos ¿es
qué las transnacionales y las grandes y medianas empresas en el país, pagan
realmente sus impuestos? Yo no estoy muy seguro y hasta me atrevo a afirmar que
lo mínimo de impuesto que se les obliga a pagar no lo pagan o lo pagan a medias
y haciendo toda clase de trampas.
Entonces ¿quién realmente
coarta, impide o pone en peligro el real desarrollo de la nación y el de su
población? Pues no es difícil sumar o restar, multiplicar o dividir cuando
queramos comparar los salarios de los potentados con respecto al de los
asalariados medios y al de los asalariados pobres que son la mayoría en el
país.
Después, estos mismos que
se creen dueños del país-y que son una minoría-, se rasgan las vestiduras y
salen por sus propios medios de comunicación a chillar y a acusar a los
inconformes de terroristas cuando luchan por sus derechos y a hablar de paz,
como si la paz no fuera cotidiana y no dependiera de una justicia económica,
social y política.
Y para terminar este
pequeño articulo de economía, pues economía es saber sumar y restar, se les
pregunta a estos potentados, ¿cuanto costara el mantenimiento de los cinco mil
hombres y mas, que integraran las fuerzas militares y cuanto costara los
aviones y otras maquinas de muerte que se están negociando para continuar con
la guerra?
¿Y si esa
mortífera decisión no es un peligro para la fomentación de empleos productivos
y para el desarrollo de la nación y la de sus habitantes?
¡En todo
caso la respuesta acertada y razonable la tiene el pueblo!
* Periodista y Escritor