domingo, 16 de diciembre de 2012

NOTAS “VOZ DE COLOMBIA”. No.009 – Diciembre 8 de 2012

Se intentensificó la guerra sucia contra la oposición popular con el inicio del Proceso de Paz.




NOTAS “VOZ DE COLOMBIA”


Puntos de vista de un desterrado colombiano

No.009 – Diciembre 8 de 2012
Por: Valmen – Vozcol 

Micronota:

Para los sectores de la ultraderecha, interna y externa, se les hace muy peligroso el que las fuerzas amantes de la paz y la justicia social, desarrollen iniciativas, hagan propuestas y muestren caminos hacia la construcción de una patria de todos y para todos. Para el movimiento social y de masas, la herramienta fundamental de lucha y de acción ha sido, es y será la unidad.

La paz y la justicia social son, para los pueblos, derechos irrenunciables…  
Leyendo, releyendo, observando y haciéndole seguimiento a los propios y grandes medios de comunicación, monopolizados y controlados estrictamente por la ultraderecha interna y externa, se reafirma el convencimiento de que la paz, como derecho fundamental de los pueblos, solo se alcanzará si es conquistada en desarrollo de una creciente y estremecedora movilización y acción del movimiento social, con las grandes masas populares como fuerza fundamental, decisiva e insoslayable.
Así aparezcan como reiterativos los indetenibles y cada vez más fuertes llamados a la unidad, a la organización y a la lucha, las realidades, del ayer y del hoy,  muestran que la burguesía colombiana no abandona y no abandonará fácilmente su acorazada manía de  actuar tramposamente, acudiendo a la mentira y al engaño como plataformas de lanzamiento de las más variadas maniobras interpretativas,  cargadas de promesas que, por si solas, jamás serán cumplidas.
El gobierno y los demás poderes públicos, como instrumentos exteriorizadores y ejecutores del  gran poder,  en la práctica se han y se están declarando incapaces de ejecutar y hacer cumplir algunas “herramientas jurídicas” con las que teóricamente asumirían y desarrollarían un proceso de truculenta restitución de tierras. Como respuesta a una u otra medida, propuesta o sugerencia sobre el tema, el de la tierra, públicamente  y por vocerías del narco-paramilitarismo, se ha declarado la existencia de un ejército anti-restitución que de inmediato intensificó los planes criminales de masacres, asesinatos selectivos, desapariciones, amenazas, desplazamientos forzados, despojos, saqueo de recursos y judicializaciones. Aquí, en la más cruda realidad de la violencia terrorista de Estado, el país y la comunidad internacional progresista se hacen preguntas como: 
¿El recrudecimiento de la guerra sucia es acaso la “simple y caprichosa iniciativa” de uno o de varios grupos de bandidos? - ¿Quiénes resultan como directos, reales y “finos” beneficiarios en el recrudecimiento de la guerra? - ¿Acaso los poderes públicos desconocen la paternidad y los objetivos de la brutal y despiadada guerra sucia? - ¿Fue realmente desmontado el narco-paramilitarismo y la narco-parapolítica? - ¿Qué realmente se plantean los sostenedores de las estructuras criminales del paramilitarismo?  – ¿Qué se buscaba con la recientemente fracasada reforma a la justicia? – ¿Qué se ha pretendido y pretende con las fuertemente cuestionadas instrumentaciones a la justicia castrense y fuero militar? – ¿Tantas aberraciones caminan y se desarrollan a “espaldas del gobierno”? - ¿El respectivo presidente de turno, como los anteriores,  está o no informado de tantas y tan sucias maniobras? - ¿Si, a manera de ejemplo, todo estuviese sucediendo a “espaldas” de Santos, quién o quiénes en verdad gobiernan al país? - ¿No serán las poderosas multinacionales  y la clase dominante local las que realmente están detrás  de los planes de guerra para seguir masacrando la paz?
La lucha del pueblo colombiano, con su directa participación en todos y cada uno de los espacios de diálogo, sin duda avanzará hacia una profunda reforma agraria que devuelva a nuestra patria, de conjunto y sin esguinces, la soberanía nacional territorial que le ha venido siento arrebatada por el gran capital internacional, con la vergonzosa complicidad de los sectores pro-imperialistas del país.
 Inquietud de Paquito:
¿No es acaso terrorismo de Estado el hablar de paz y alimentar la guerra?

 (Hasta la próxima)