viernes, 21 de diciembre de 2012

El “viraje” de Petro con la crisis de las basuras


Gustavo Petro
Por Horacio Duque

Los enemigos políticos y empresariales del Alcalde Mayor de Bogota, doctor Gustavo Petro, están felices y celebrando porque el burgomaestre dio un “viraje” en su estrategia frente al tema de las basuras y su nuevo modelo de aseo ecológico para la ciudad. Victoria pírrica la de estos haraganes de la politiquería que se empeñan en obstaculizar la materialización del programa progresista por una Bogota humana Ya. 
Pero están muy equivocados. No conocen el estilo y el pensamiento estratégico del Jefe de Bogota. 
La crisis, como toda crisis, de las basuras en Bogota que se ha visibilizado desde el 18 de diciembre a raíz de la implementación del nuevo modelo ambientalista del manejo de los residuos sólidos con la inclusión de miles de recicladores ha sido un suceso positivo, una oportunidad para todos. Es lo que el filosofo francés Alain Badiou denomina un “acontecimiento-verdad” porque su enorme capacidad para sacudir el curso de la vida de las personas o las sociedades sumidas en el letargo y la modorra aunque se estén hundiendo en el pantano.
La humanidad está viviendo un grave problema con el calentamiento global y la destrucción de la biosfera como consecuencia del modelo capitalista de “progreso” sustentado en los combustibles fósiles. La sociedad post moderna crece en su sensibilidad frente a la naturaleza y sus derechos. Por eso cuida el agua, la flora, la fauna porque es parte sustancial de su condición ontológica. 
Dicho tema fue incorporado por Gustavo Petro en su propuesta programática y quedó en el Plan de Desarrollo. El cuidado del agua y la naturaleza es un elemento central de su gestión político administrativa. Las basuras, su recolección, transporte y depósito tal como lo venían haciendo las empresas encargadas no eran compatibles con el cuidado del medio ambiente bogotano. Además, sus costos afectaban los ingresos de las familias y las rentas obtenidas servían a grupos violentos y antidemocráticos como los que suelen acompañar a William Vélez, el paraempresario que tiene muchos contratos con el Estado nacional, conseguidos a punta de pistola y presión de los grupos paramilitares. Vélez es una ficha muy importante de la “seguridad democrática” de Uribe Vélez. Es la estrella empresarial del ochenio nefasto.

La administración expidió el decreto 546 del 10 de diciembre y echo a rodar, desde el día 18 del mismo mes, la nueva estrategia de gestión. Por supuesto las dificultades no demoraron en presentarse y los enemigos saltaron a sobredimensionarlas en los medios de comunicación con el fin de orquestar el sabotaje mafioso, como lo hizo el señor Arizmendi en Paracol, por cuenta de Vélez. El escenario que proyectaron fue el del fin del mundo, el de caos con desmadre. Tanto que a Roy Barreras, el Presidente del Senado, casi le da un infarto y aprovechó la ocasión para meter las patas y cargar contra el progresismo bogotano. 
Pero tacan burro. Se equivocan con el método de Petro. Este tenía que resolver los problemas de la basura y se fue con todo. Ahora el saldo neto (social económico y cultural) es muy favorable para la ciudad. Con tres días de modelo, los expertos han registrado que de cada 100 ciudadanos por lo menos 37 ya están utilizando las dos bolsas, la blanca y negra.
La primera para los reciclables que deben manejar, por Auto de la Corte Constitucional, los trabajadores encargados del asunto y las negras para los orgánicos que se deben utilizar en la elaboración del compostaje y abonos. Este 37% se encargará de arrastrar gradualmente al resto de los despistados para que entren a la nueva cultura ambientalista. Es que los cambios culturales, como esta comprobado por diversos estudios, no se dan de la noche a la mañana, ocurren durante prolongados periodos. Así que por este lado, la ganancia es enorme.
Haber decretado la urgencia manifiesta y firmar contratos de operación por 12 meses con Lime, Ciudad Limpia y Aseo Capital no es un descache ni una tragedia. Era lo obvio, pues disponen de una importante experiencia en la materia y de las infraestructuras correctas para realizar la función correspondiente. Lo que se debe destacar de esta “movida” de Petro, legitima por cierto, y sus competentes asesoras es que fijaron las condiciones, que son la del interés público y comunal. Empezando porque excluyeron a la empresa más sucia de todas, la del “señor” Vélez. Quedamos en un modelo mixto. Aguas de Bogota seguirá con el 52% del servicio y las contratadas harán el 48% restante. Es lo que dio la correlación de fuerzas. Como dice el Alcalde se retrocedió un paso pero se avanzaron 20. Así es la política y esa es su racionalidad.
Es el método y el estilo con el que gobierna Petro. El mismo que seguramente veremos en otros escenarios donde hay que resolver problemas más graves para el bien público/comunal, como el de Transmilenio convertido en un aberrante monopolio de 12 familias operadoras que se tragan una monstruosidad de renta social por cuenta de unos contratos fraudulentos firmados en administraciones pasadas de la Capital.
Ese asunto está pendiente porque lo tienen refundido en los laberintos kafkaianos del Consejo de Estado, por donde corre mucha plata, ya que los pulpos del transporte y sus agentes políticos no quieren perder esté gran negocio que afecta el derecho a la movilidad de millones de personas.
Igual debe ocurrir con el asunto de la renta del suelo urbano que monopolizan las constructoras de Vargas Lleras. El trámite del nuevo Plan de Ordenamiento territorial será convertido por las constructoras en otra guerra civil para impedir que el ordenamiento urbano se haga pensando en los intereses populares, en el derecho a una vivienda digan de millones de ciudadanos y en la lucha contra la segregación social mediante los avances necesarios en la concreción de la hipótesis del centro ampliado y la ciudad compacta.
No quiero ahondar en el contencioso con la camarilla politiquera del Concejo (de uribistas, Vargaslleristas, liberales, conservadores, verdes y neomisticos homofóbicos), que le declaró la guerra al Alcalde desde mucho antes de su posesión. Petro va administrando este litigio en el “día a día” y el último forcejeo corrió por cuenta de la expedición del presupuesto/2013, aprobado con infinidad de micos y puñales traidores para conservar las jurisdicciones clientelares de caciques inveterados. Lo importante es que la Fiscalía acelere las instrucciones judiciales frente a 17 concejales implicados en el carrusel de los Nule. Es lo mínimo que se le debe pedir a este ente acusador para proteger los bienes comunales de Bogota frente al peligro público que representan ciertos ediles expertos en argucias y alteración de pruebas penales
Los opositores del actual gobierno Distrital no dan pie con bola. Están perdidos en sus cálculos y planes de revocatoria. Su argumento de que el Alcalde fracasó porque dio un “viraje” en el tema de las basuras es de un simplismo absoluto, no pueden dar más porque intelectualmente son unos tarados.
Si sus tesis son tan válidas deberían también aplicarlas, y desde hace rato, a su jefe supremo, el Presidente Santos, un mago de la voltereta y la versatilidad. Suficiente con el episodio de las relaciones con Hugo Chávez, a quien se le declaró el “mejor amigo”, luego de años de insultos y ultrajes desde el Ministerio de Defensa en el gobierno de Uribe Vélez. Fue patético ver a Santos en Caracas pidiéndole a Chávez fuera su mejor amigo. Pero así es la política. Es un arte complejo y sabio, necesario en la compleja tarea de construir consensos que coagulan en instituciones sociales. Necesario en la construcción de ciudadanos virtuosos. Que es lo que se propone Gustavo Petro con su Plan de Desarrollo al que todavía le faltan 45 meses de ejecución.
Como vamos, vamos bien.