Por Alberto Pinzón Sánchez
“NOSOTROS AQUÍ LLEVAMOS AÑOS persiguiendo campesinos, mientras el Gringo allá metiendo varillo”,
reconoció por fin el presidente JM Santos, el pasado 6 de diciembre en el
llamado parlamento colombiano, pero sobre todo y como gesto de gran simbolismo
ideológico para los colombianos, frente al representante de la otra muela de la
tenaza para la re-composición del régimen y su mejor aliado actual (ya que con
Uribe Vélez no hubo arreglo) el inquisidor Ordoñez, recientemente elegido de
una terna corrupta de uno, y quien molesto por un puente dental mal hecho por
algún tegua baratero de Bucaramanga, dubitativo parece estar diciendo, “esto es
solo de dientes para afuera”.
No es una gran sorpresa que JM Santos hubiera aceptado “que el agua
mojaba”, tanto tiempo después de que el Departamento de Estado hubo aceptado su
fracaso mundial frente a la “War Drugs” o guerra contra las drogas; emprendida
a sangre y fuego contra los pueblos de la Patria Grande, especialmente el
colombiano, contra el que se ensañó con todas sus armas ideológicas, militares,
tecnológicas, químicas y periodísticas posibles, produciéndole, con su famoso
Plan Colombia y demás planes militares derivados para exterminar unos cuantos
campesinos resistentes, una verdadera catástrofe humana todavía no calculada en
todo su tamaño; no solo por el Terrorismo de Estado patrocinado por sus
multinacionales bananeras, mineras y elaborado en las 9 nueve bases militares
del US Army en Colombia, sino por el linchamiento moral del que hemos sido
victimas todos los colombianos, quienes impotentes fuimos convertidos ante la
faz del mundo en mafiosos, criminales o, en narco terroristas y, la pobre
Colombia en un país rufián.
LO SORPRENDENTE, ADEMÁS de su lenguaje fullero de tahúr de garito de barrio, empleando en el
pulcro y honesto parlamento colombiano, la jeringonza paisa y llamando
eufemísticamente a sus eternos e irrestrictos aliados del gobierno de los EEUU,
con el despectivo y populachero nombre de “gringos”, así como “ the drugs” con
el feo colombianismo de “varillo”; habiendo términos más sugestivos y elegantes
para un “gentleman” con su distinguida audiencia, como amigos norteamericanos,
nieve a las neuronas, golpe a la Psiquis, o simplemente bazucazo al cerebro; lo
sorprendente, repito, es la ambivalencia y la incertidumbre con que está
impregnando toda su política de gobierno para tratar de remontar o superar el
pesimismo generalizado frente a su gobierno y que se ha apoderado de los
colombianos: Esa mezcla peligrosa de “ponzoña con dulzura” que Vicente
Fernández le reprochaba a los besos de la Araña, y la diplomacia del
Departamento de Estado con más empirismo, ha llamado desde siempre, el uso
adecuadamente combinado de “zanahoria con garrote”.
Un día (para complacer a Uribe Vélez) JM Santos amenaza con todos los
juguetes de que dispone al presidente de Nicaragua Ortega y al otro, le ofrece
un dialogo amistoso con grandes pactos de beneficio mutuo. Otro, para complacer
la tribuna mediática nombra públicamente a una ex magistrada
liberal-conservadora en la terna para la elección de Procurador, para luego
abandona, porque sus pactos privados y electoreros para su reeleción, están con
el inquisidor Ordoñez.
Y, EN EL ASUNTO de las conversaciones que se desarrollan en la Habana, para construir
una duradera confianza negociadora; un día consintiendo a la diplomacia
extranjera anuncia con gran estruendo mediático concesiones y avances muy
positivos en el camino de la paz; mientras en el selecto parlamento colombiano
hace aprobar (contra viento y marea) el Fuero Militar, o su adlátere el
ministro de guerra Pinzón, todos los días lanza una poderosa bocanada de
candela con combates simulados de rompimientos de la tregua unilateral
decretada por la Insurgencia de las Farc, montajes periodísticos sobre misiles
térmicos de Afganistán que llegaron a Colombia, no se sabe como ni cuando, no
se alteran en la selva amazónica y para los cuales está preparándose comprando
nuevas armas, o simplemente, porque no tiene más, inspirado en el lema de
gobierno de Chile por la Razón o la Fuerza, amenaza de que si por la razón suya
no se logra la paz de Santos, él tendrá la fuerza para imponerlas a ambas: la
razón y la paz.
Leyendo el triste articulo del profesor Alfredo Molano sobre su viaje
a EEUU, aparecido en su columna (El Espectador 10.12.2012) a cualquiera le
puede surgir la pregunta: ¿ Será que todo este doble discurso no es de J M
Santos, sino que viene churretiado desde más arriba?