El Foro Agrario citado por la Mesa de Conversaciones de La Habana, con
el concurso de la ONU, ha sido prolijo en pronunciamientos y en evidenciar la
posición de los enemigos de la Paz.
Por el lado de las organizaciones agrarias, las propuestas y visiones
sobre el pago de la deuda social por parte del gobierno con el sector agrario y
campesino, además del arranque de mecanismos para desarrollar el campo, estarán
en manos de la Mesa de Conversaciones y ahí se discutirá un Nuevo Modelo
Agro-pecuario para Colombia. No es de poca monta lo logrado hasta ahora. Y lo
es porque en la tenencia de la tierra radicó, ha radicado y radicará el punto
central del conflicto interno.
El pueblo campesino y los empresarios agrarios que asistieron se
dieron cita y discutieron en sana paz sobre sus visisones de campo sin ningún
temor, civilizadamente. No fue necesario el uso de la fuerza y las armas para
discutir el problema agrario. Todos llegaron con sus visiones y así se fueron.
No era el objetivo “convencer” al contrario. Era, eso sí, construir entre todos
unas políticas de convivencia, respeto y civilidad, a fin de ir allanando l
camino de la Paz.
Los que le tienen pavor a la Paz, quizá por la enorme deuda que pagar
por su criminalidad, se auto-excluyeron del Foro y han demostrado que, todavía,
le apuestan al modelo militar- narco-paramilitar que significia violencia,
saqueos, expoliación, ejecuciones, desapariciones, masacres y desplazamiento
forzado, modelo que les ha permitido desarrollar su modelo de acumulación
capitalista.
Fedegan ha demostrado que el sector ganadero no quiere pagar la deuda
que tienen con el pueblo colombiano. Décadas de expolicación, asesinatos y
salarios miserables pagados a los peones a servicio de los terratenientes,
quieren que continúa siendo la forma de explotación del sector. Y cuando los
trabajadores luchan por sus derechos, los asesinan, o los mandan asesinar. Son
de ingrata recordación las masacres cometidas por los narco-paramilitares, de
la mano de Hernán Giraldo y Jorge 40, de poblaciones caracterizadas por ser
luchadores populares, precisamente en la tierra en donde nació Lafaurie.
Esas “vacas muertas” de Fedegan como que tienen “pacto con el diablo”
porque después de muertas siguen asesinando a los campesinos y trabajadores. O
es que ha olvidado Fedegán la condena de Jorge Visbal Martelo por
narco-paramiltiarismo? O es que han olvidado que ese sector ha sido partícipe
del apoyo brindado en su época por los entonces senadores Edgardo Vives Campo y
Miguel Pinedo Vidal al desarrollo del narco-paramilitarismo en el departamento
del Magdalena?
En todo caso, el Foro Agrario demostró -como en su época se hizo en el
Caguán- que podemos convertir ésta Mesa de Conversaciones en un inmenso
laboratorio de Paz y Democracia. Afortunadamente las FARC-EP han persisitido en
su empeño de concocar a todos los colombianos en favor de la Paz. Las “vacas
muertas” serán arrolladas por los deseos de cambio total del pueblo colombiano.