martes, 4 de diciembre de 2012

San Andrés: Conflicto marítimo Nicaragua-Colombia




San Andrés
Por Carlos A. Lozano Guillén, tomado de VOZ
Tuvo que ocurrir la fatal decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre San Andrés y Providencia y los cayos adyacentes de soberanía colombiana, ahora rodeados de mar territorial nicaragüense, para que la oligarquía colombiana se acordara que estas islas y cayos, lejanas del continente y de la costa colombiana, existen. Los gobiernos de Andrés Pastrana Arango y de Álvaro Uribe Vélez, se habían comprometido a acatar la decisión de la CIJ, que no tiene reversa y es considerada “cosa juzgada” sin posibilidad de ningún recurso de apelación. Debe ser aceptada por ambas partes tal y como lo prescribe el ordenamiento internacional. Dicho de manera coloquial: No hay derecho al pataleo.
En 1981, cuando me desempeñaba como responsable de la información juvenil de VOZ Proletaria, Manuel Cepeda Vargas, director y Edgar Caicedo, Jefe de Redacción, me enviaron a San Andrés a constatar en el terreno los supuestos sobrevuelos provocadores de la aviación sandinista en el espacio aéreo de la isla en disputa. Escribí tres o cuatro crónicas en las que habitantes raizales y pobladores negaron la existencia de los sobrevuelos inventados por la “gran prensa”, pero a la vez alertaba de la difícil situación social que podía suscitar inconformidad social, movilizaciones populares y hasta asomos de campañas separatistas.
Jamás la oligarquía atendió las necesidades primarias de San Andrés y Providencia. Se limitó, con la concepción militarista del régimen, a enviar tropas y construir bases militares “para defender la soberanía nacional”. No llegó inversión social pero sí la militarización y armas a granel. Hasta hace pocos años, un médico colaborador de VOZ denunció la grave crisis hospitalaria y de salubridad, nunca atendida por las autoridades del continente. Los partidos tradicionales se acordaron de la isla para plantar el clientelismo y la corrupción. Liberales y conservadores se aprovecharon del presupuesto y de la burocracia sin escrúpulos.
No deja de ser hipócrita, entonces, el discurso patriotero y la negativa de aceptar el fallo de la CIJ, montando una campaña antinicaragüense y de insultos al presidente sandinista Daniel Ortega. Bien lo han dicho expertos en derecho internacional, el fallo debe acatarse. Ni siquiera el retiro colombiano del Pacto de Bogotá le da patente de corso para evitarlo. Eso lo sabe el pueblo de San Andrés que rechifló al oportunista de Álvaro Uribe Vélez que hizo presencia en la manifestación en que se reclamó solución a los efectos negativos del fallo. El camino es el diálogo y la cooperación pacífica de Colombia y Nicaragua para resolver las diferencias. No existe otro camino. ?