Se aleja el 2012 y nos encuentra parados sobre
la misma esfera. No se terminó el mundo como vaticinaron algunos. Hasta eso
hubo, como si fuera poco con la carga de culpas que nos han inculcado desde
siempre, de pronto comenzaron a implantar el terror.
-¡Se termina el mundo! decían, dando por
inminente la hecatombe.
Mientras corrían las teorías proféticas este mundo era desangrado por el hombre.
Mejor dicho, por algunos hombres. Guerras, amenazas de nuevas guerras, hambre,
miseria, exclusión, crisis en el primer mundo.
Y en el “mundo de cuarta”, patio trasero de
los genios de la barbarie aunque esto parezca una situación naturalizada.
Colapso económico y moral lastimando las
conciencias.
Los prisioneros y prisioneras políticas
siguieron prisioneros. Hacinados en catacumbas de odios aggiornados al siglo XXI.
Los genocidas siguieron asesinando.
Los explotadores siguieron explotando.
No faltó desmemoria ni fracasos.
Tampoco faltaron traiciones y eso es lo que más
duele.
Pero hubo algo que nadie pudo apagar en medio
de semejante revoltijo y fue la resistencia
de los luchadores y luchadoras de la vida que no enmudecieron.
Que siguieron cobijando la esperanza aún en
los momentos en que la desesperanza
parecía ir ganando una batalla pírrica.
Y ese fuego ardió aquí, allá y acullá.
Pirro seguirá volviendo a casa, solo. Y estará
cada vez más solo.
A horas del nuevo año que llega galopando por
el horizonte del calendario, llegue a mis amigos y amigas, a mis compañeras y compañeros de sueños, el más cálido
saludo y los más sinceros deseos de felicidad.
Que juntas y juntos podamos, en este 2013, seguir
transitando los caminos en pos de la utopía.
¡Qué no nos falten las fuerzas para seguir
adelante aún pese a montones de dificultades que habrá!
¡Que nos sobren las fuerzas para alimentar la
Memoria y el Compromiso, valores que hoy nos unen y habrán de unirnos siempre!
FELIZ 2013