martes, 4 de diciembre de 2012

El mínimo con menos poder adquisitivo




El mínimo con menos poder adquisitivo

Negociación amangualada

Por Juan Carlos Hurtado Fonseca, semanario VOZ
Para la CUT es claro que antes de discutir los puntos a reajustar en el salario mínimo, es necesario resolver las nefastas políticas laborales. El pasado lunes iniciaron las “negociaciones” entre empresarios y gobierno por un lado, y trabajadores por el otro
Las discusiones sobre el reajuste al salario mínimo, entre empleadores y gobierno por un lado y trabajadores por otro, iniciaron el pasado 3 de diciembre. Para los delegados de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, en la mesa, es claro que la discusión no se debe dar solamente en torno a una cifra sino a las políticas laborales en el marco del contexto de la aplicación de la reforma tributaria. La CUT lleva a la discusión parte de la agenda que le había entregado al gobierno nacional y que éste ha evitado discutir. Temas como la formalización del empleo, para cerrar el paso a la terceriza- ción laboral en todas sus formas; la salud y la seguridad pensional; el control de precios; el crecimiento del IVA en los productos de la canasta familiar, deben ser analizados por trabajadores, gobierno y empresarios para que tenga sentido discutir sobre los puntos a reajustar en el salario mínimo, para el año 2013.
“La inflación y la productividad no se negocian, se aplican por jurisprudencia internacional y por justicia nacional. Hay sentencias. Es un engaño decir que la propuesta de negociación sería el 4%; eso sería lo que da la inflación y la productividad según el gobierno y eso no se negocia”, explicó Domingo Tovar presidente de la CUT, cuando presentó ante los medios la postura de esa central frente al tema.

Problemas de fondo

Los trabajadores asisten a la mesa con la intención de recuperar casi ocho puntos de poder adquisitivo del salario mínimo, perdidos en los últimos 10 años. Al cierre de esta edición el comité ejecutivo de la CUT preparaba un documento para presentar a la mesa donde pretenden que se resuelva la política laboral y salarial. Ellos aseguran que si son cuatro puntos, uno de productividad y tres de salario, más ocho de pérdida, dan 12 puntos que sería lo que llevarían a la mesa.
La CUT se ha asesorado de importantes académicos, investigadores y economistas como César Giraldo. Y lo hacen porque hay realidades que atañen a políticas laborales que determinan la utilidad o poder adquisitivo del mínimo. Según Alfonso Velásquez, del ejecutivo de la CUT, “hay un estudio que asegura que el 64% de los trabajadores en la ciudad devengan menos del salario mínimo legal, y en el campo es el 90%; por lo cual se exige una garantía de que se pague el salario mínimo. También cuestionamos sobre qué hacer con una reforma tributaria que seguramente será votada después de que se llegue a un acuerdo o que se aplique por decreto el reajuste al mínimo”.
La CUT expone que el salario mínimo se convirtió en un factor para efectos de cobros de multas de tránsito, de pago en los juzgados y otros, pero en la realidad no se le paga a los colombianos. Dicen los dirigentes sindicales que actualmente hay casi seis millones de colombianos que devengan menos de la mitad del mínimo, es una realidad de empobrecimiento. Además, dicen que es indispensable retirar el proyecto de reforma tributaria para ver el reajuste salarial. Son los temas que gobierno y empresarios evitan discutir para reducir la “negociación” solo a los puntos a reajustar.
Para rechazar la aprobación de la medida tributaria gubernamental por parte del Congreso de la República, la central, estudiantes y trabajadores del Sena y el ICBF, junto a otras organizaciones sociales, convocan una jornada de movilización hacia la Plaza de Bolívar en Bogotá, para protestar contra el proyecto, porque intenta el desmonte de los parafiscales para el sostenimiento de estas instituciones, el aporte patronal, de salud y pensiones. Aseguran que es una reforma laboral encubierta. “Si el proyecto pasa, desde 2014 los servicios del Sena empezarían un proceso de agotamiento y luego serían privatizados”, concluye el presidente de la CUT, Domingo Tovar.