martes, 4 de diciembre de 2012

Rendición de cuentas de Minhacienda- Más retención en la fuente




Rendición de cuentas de Minhacienda

Más retención en la fuente

Por Nelson Fajardo, VOZ

El Ministerio de Hacienda hizo rendición de cuentas, el pasado 26 de noviembre del año en curso.
Según el informe presentado, el comportamiento de la política impositiva es altamente favorable, por cuanto el recaudo se incrementó, al pasar a 98,6 billones de pesos; es decir, 10,5 billones por encima de la meta proyectada para el período. El tributo que más aportó fue el de retención en la fuente, con una participación del 30,21 por ciento sobre el volumen total, seguido de la renta con el 22,11 por ciento, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) con el 20,15 por ciento, y concluyen otros, con participaciones porcentuales muy pequeñas.
Esta distribución indica que el IVA ha perdido protagonismo en la participación dentro del volumen de los recaudos; situación que se debe, según los especialistas, a la lentitud en la rotación de esos dineros.
A esta parte del informe, se agrega la gestión administrativa que ha permitido expandir la formalización tributaria al pasar de 8,9 millones de registros a 9,5 millones. Lo mismo sucede con el régimen simplificado que pasó de 6.646.530 a 7.104.864. Desde luego que al componente positivo, que llama al optimismo, se une una “sola” falla, cual es, el mal trato de los funcionarios de la Dian a los ciudadanos.

El incremento

de los ingresos

Este informe, tan optimista y altamente positivo, está hecho a la medida de un Estado que vive un proceso lento de modernización y que aspira elevar su legitimidad ante el conjunto de la sociedad. Al mismo tiempo, el Estado procura legitimar su política económica, que sigue siendo eminentemente neoliberal. Pero la pregunta que nos asalta es ¿Qué hizo posible que los ingresos por impuestos se incrementaran significativamente?
Al respecto, el crecimiento económico, en medio de las restricciones que impone la crisis del capitalismo mundial, ha sido positivo, y se calcula que cerraremos el cuatrienio con un crecimiento del 4,9 por ciento. Ahora, dicho crecimiento está soportado principalmente en lo bien que le va al sector minero energético y al sector financiero. Ambos sectores imprimen una dinámica a la economía, que si bien entrega indicadores positivos, no necesariamente integra el concepto de progreso y desarrollo; por cuanto el sector minero energético exige un alto grado de inversión, que no revierte en el corto plazo. Pero para superar esa situación, tenemos un sector financiero fuerte, que apalanca el crecimiento y subordina al sector productivo del capital. Es este tipo de relaciones las que nos explican porqué crecieron los ingresos del Estado por vía impositiva.
Veamos, en la medida que las empresas de los sectores mencionados entran por un sendero de alta productividad, que realiza su producción rápidamente; efectivamente, la tasa de ganancia se incrementa, y esto permite que el Estado obtenga mayor recaudo. Esos recaudos incrementados, deberían fomentar que el Estado amplíe su capacidad distributiva; pero es precisamente lo que no sucede.

El propósito de la reforma

El propósito de la reforma tributaria, que está por aprobarse, es golpear más el mundo del trabajo, con más impuestos indirectos (profundización de la masificación del IVA, golpe a las pensiones, entre otras medidas); esos impuestos se conjugan con la retención en la fuente, que grava a una franja importante de ingresos provenientes de la contratación flexible de trabajadores. Lo anterior, bajo el criterio, de siempre, que plantea el sacrificio para todos; léase Estado, capital y trabajadores. Es un criterio que se aplica demagógicamente, porque el trasfon- do indica que los trabajadores son los que más se ven afectados por el actual modelo de acumulación; mientras que el Estado y el capital son favorecidos con esas medidas de política económica. Baste con observar el estado de las utilidades por la extracción minero energética y el movimiento del dinero.
La situación de estas es tan favorable, que se dan el gusto, incluso, de desarrollar propuestas aparentemente altruistas sobre la población trabajadora.
En síntesis, el aumento de los ingresos del Estado, a través de una política impositiva, que anime y fortalezca el recaudo, no revierte necesariamente en beneficios colectivos para los trabajadores; más bien, dicho aumento incide negativamente sobre algunos capitales y el conjunto de la sociedad trabajadora. Sobre los capitales, en la medida que tienen que elevar los precios de los productos finales, para que no se deteriore la tasa de ganancia; y sobre los trabajadores, en la medida que su consumo directo es agredido con precios altos, que diezman su capacidad adquisitiva. Es así, como se aspira a que ese aumento de los recaudos, contribuya a formar presupuestos que estén al servicio de la paz con justicia social