Comandantes Granda y Santrich |
De
1965 al 2013 sólo son 48 años
Colombia: un articulo y una constatación histórica
Miércoles
23 de enero de 2013, por
El 18 de octubre
del año pasado se instalaron en Oslo, capital de Noruega, las negociaciones
entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC. Iván Márquez, jefe de
la delegación insurgente, durante su discurso citó algunas cifras. Hasta la
fecha el gobierno colombiano ni ha intentado debatir las expuestas a
continuación, a pesar de la imagen que dan del país.
Dijo el
comandante guerrillero que 30 millones de colombianos viven en la pobreza, o
sea el 70% de personas residentes en uno de los países más ricos en recursos
estratégicos del mundo. Precisaba que de esa cantidad 12 millones están en la
indigencia.
Y seguía
entregando datos: “El 50% de la población económicamente activa, agoniza entre
el desempleo y el subempleo, casi 6 millones de campesinos deambulan por las
calles víctimas del desplazamiento forzoso. De 114 millones de hectáreas que
tiene el país, 38 están asignadas a la exploración petrolera, 11 millones a la
minería, de las 750 mil hectáreas en explotación forestal se proyecta pasar a
12 millones. La ganadería extensiva ocupa 39.2 millones. El área cultivable es
de 21.5 millones de hectáreas, pero solamente 4.7 millones de ellas están
dedicadas a la agricultura, guarismo en decadencia porque ya el país importa 10
millones de toneladas de alimentos al año. Más de la mitad del territorio colombiano
está en función de los intereses de una economía de enclave.
“En nuestra
visión, colocar sobre la mesa el asunto del desarrollo agrario integral como
primer punto del acuerdo general remite a asumir el análisis de uno de los
aspectos centrales del conflicto. El problema de la tierra es causa histórica
de la confrontación de clases en Colombia. En palabras del comandante Alfonso
Cano “las FARC nacimos resistiendo a la violencia oligárquica que utiliza
sistemáticamente el crimen político para liquidar a la oposición democrática y
revolucionaria; también como respuesta campesina y popular a la agresión
latifundista y terrateniente que inundó de sangre los campos colombianos
usurpando tierras de campesinos y colonos” […] (1)
“Aquello que fue
causa esencial del alzamiento armado y de una heroica resistencia campesina, a
lo largo del tiempo se ha agudizado. La geofagia de los latifundistas acentuó
la desequilibrada e injusta estructura de la tenencia de la tierra. El
coeficiente GINI (2) en el campo alcanza el 0,89. ¡Espantosa desigualdad! Los
mismos datos oficiales dan cuenta de que las fincas de más de 500 hectáreas
corresponden al 0.4% de los propietarios que controlan el 61.2% de la
superficie agrícola. Se trata de una acumulación por desposesión, cuya más reciente
referencia habla de 8 millones de hectáreas arrebatadas a sangre y fuego a
través de masacres paramilitares, fosas comunes, desapariciones y
desplazamiento forzoso, crímenes de lesa humanidad, acentuados durante los 8
años de gobierno de [Alvaro] Uribe, todos ellos componentes del terrorismo de
Estado en Colombia […]
Hasta aquí se
retoma el discurso de Márquez del 18 de octubre del 2012.
Aunque se dice
que las comparaciones son odiosas, bueno es leer los siguientes apartes de un
artículo del diario francés Le Monde, con fecha del 31 de enero de 1965
(3). En este diario “liberal” se decía sobre Colombia:
“La clase
dominante…
“Cada vez que el
pueblo quiere tomar en sus manos la defensa de sus intereses, sus movimientos
han sido reprimidos con sangre, y ello se ha dado desde la insurrección de los
“Comuneros”, en 1781. (4) En cada ocasión, ante la protesta de un pueblo que
reclama sus derechos, la clase gobernante se alía con la potencia dominante:
con los agentes de la corona española, ayer; con los intereses estadounidenses,
hoy. Esta minoría de poseedores y gobernantes está esencialmente formada por
descendientes de los grandes propietarios latifundistas y negociantes de la
época colonial, generalmente integrados hoy en día al gran capitalismo. Alrededor
de ellos prosperan los capitalistas de origen reciente. Este pequeño número de
familias representa un 4% de la población, pero se apropia de más del 40% de la
renta nacional.
Más del 60% de las empresas pertenece a menos del 1% de los
industriales.
“En este país
donde la población del campo predomina, ocho mil noventa propietarios poseen el
40.22% de las tierras cultivables, pero estos latifundistas sólo cultivan el
10% de esa superficie. Mientras que un millón doscientos mil campesinos
comparten el 6.88% de las tierras cultivables.
“… Y su
sumisión al capital americano…
“No sólo Estados
Unidos monopoliza el comercio exterior colombiano, hasta imponiendo el precio
del café -del cual depende la vida económica del país-, sino que interviene en
todos los sectores financieros vitales para la soberanía de un país. Los
acuerdos firmados con los monopolios petroleros estadounidenses obligan a
Colombia a pagar en dólares el petróleo bruto extraído del mismo subsuelo colombiano,
y necesario para el consumo interno. Además, en virtud de una controvertida
cláusula, el impuesto pagado por esas compañías petroleras disminuye en la
medida que aumenta la cantidad de petróleo extraído.
“Ante ello la
alta burguesía colombiana ha adoptado una actitud complaciente, bien diferente
de la violencia con la cual ella responde a las reivindicaciones de su propio
pueblo […]
“Los
orígenes de la violencia y la resistencia
“Porque un tal
“orden social” no ha podido ser establecido y mantenido más que con violencia
[…] bandas de asesinos siembran el terror bajo el color de las luchas políticas
de los partidos tradicionales (5): los pequeños propietarios son obligados a
vender a bajo precio, o a dejar todos sus bienes para provecho de los políticos
locales y de los grandes propietarios. Desde hace muchos años centenas de miles
de campesinos han sido arrojados por la violencia a las montañas inhóspitas, o
a la miseria en las ciudades. Se evalúa en 300 mil los colombianos que han
muerto violentamente desde 1946 […].
“Desde hace un
siglo la oligarquía controla la actividad política del país gracias a dos
partidos políticos que se dicen hereditariamente enemigos (Liberal y
Conservador). Mientras que la Iglesia Católica tiende a asegurar el control de
las conciencias […]”
Al leer esos
apartes del artículo en Le Monde, parece que la situación social,
política, económica y de soberanía se hubiera detenido en Colombia. Es como si
no hubieran pasado 48 años entre ese reportaje y el discurso del guerrillero
Iván Márquez en Oslo.
Y por si aún no
existe alguna sensación de consternación entre los lectores ante estos dos
textos tan lejanos pero tan cercanos, para terminar propongo leer lo que
reconoció a la revista colombiana Cambio, uno de los hombres más poderosos
de Colombia y de América Latina en 1999, Julio Mario Santodomingo: “La
guerrilla responde a una razón política que tiene que ver con la pobreza, con
el atraso, con la falta de oportunidades y con distintas formas de persecución
que ellos sufren.”
Hernando Calvo
Ospina
Notas:
1) El Coeficiente
de Gini es una medida de la desigualdad ideada por el estadista italiano
Corrado Gini. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad de los ingresos
en un país pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución
desigual.
2) Mayo 27 de
1964, es la fecha que se toma como la de fundación de las FARC. El mismo año
surge el Ejército de Liberación Nacional, ELN.
3) “El ejército
colombiano intenta acabar con « las repúblicas campesinas independientes »”
(L’Armée colombienne tente de réduire “les républiques paysannes
indépendantes”). Le Monde, París, 31 enero de 1965.
4) La
insurrección de los Comuneros fue un levantamiento de los criollos contra la
Corona española, motivado esencialmente para oponerse al aumento de
contribuciones.
5) Partidos
Liberal y Conservador, fundados a mediados del Siglo XIX.