viernes, 18 de enero de 2013

Entrevista con Gabriel Becerra, Secretario General del Comité Distrital del Partido Comunista Colombiano

Gabriel Becerra (Foto H Durango)



 Ciudad democrática: Comité Distrital del Partido Comunista Colombiano

El Partido Comunista frente a la administración de Petro: “Tenemos autonomía e independencia”

Entrevista con Gabriel Becerra, Secretario General del Comité Distrital del Partido Comunista Colombiano

El año que comienza se perfila como un periodo de intensa actividad política en el cual la disputa por el gobierno y el poder en el Distrito Capital seguirá en un primer plano. A propósito de este escenario y las perspectivas de los comunistas en Bogotá, hablamos con Gabriel Becerra, dirigente del Comité Central del PCC y secretario político del Comité Distrital.



– ¿Cuál es la valoración que los comunistas tienen sobre la situación que vive Bogotá?


– No es una opinión coyuntural, desde hace varios años el PCC, el PDA y el Movimiento Político y social Marcha Patriótica, hemos venido denunciando un modelo mercantil de ciudad, camuflado en el discurso de la ciudad competitiva y de servicios que no es otra cosa que la imposición de la concepción neoliberal en el manejo económico y social del principal territorio urbano del país. Es lo que llamamos el poder permanente de la ciudad ligada a los intereses de la Cámara de Comercio, el capital financiero, las constructoras, los grandes medios de comunicación, los contratistas corruptos; es un modelo basado no en los intereses de las mayorías sino en el de la élite oligárquica. La crisis de ese modelo abrió espacio político por primera vez a opciones distintas a la de los partidos tradicionales. Es tanto el rechazo que ese modelo aún genera en la mayoría de ciudadanos de la capital, que muy a pesar de las inconsecuencias e incoherencias de las administraciones recientes, los candidatos de la derecha han sido derrotados tres veces consecutivas y hay que evitar que regresen.


Frente a esta realidad hemos levantado la consigna de una ciudad democrática, que en esencia es un proyecto de ciudad por construir como parte de la lucha por un nuevo país, empezando por revertir todo el proceso de privatización de los servicios públicos, la recuperación del protagonismo del Estado en la garantía de los derechos fundamentales y la disminución de la desigualdad social, la reactivación de la capacidad productiva y del empleo digno, la lucha contra la represión policiva y la presencia paramilitar, la recuperación del protagonismo popular en las decisiones, entre otras aspiraciones que siguen estando a la orden del día. En Bogotá existe una reserva democrática que hay que saber ampliar y fortalecer.
Posición frente a Petro


– Y en particular, ¿cuál es la posición del PCC respecto al gobierno de Gustavo Petro?


– Es una posición de independencia y autonomía política teniendo como referencia nuestra plataforma de 10 puntos para una Bogotá Democrática que venía defendiendo Jaime Caycedo desde el Concejo. Allí encontramos coincidencias importantes y también diferencias que hemos hecho saber a la ciudadanía. Hace un año como resultado de una discusión colectiva el PCC fijó con ese criterio su posición política y en consecuencia hemos actuado. También hemos manifestado nuestras opiniones sobre el plan de desarrollo y en temas como los planes de renovación urbana, la ETB, la reforma del POT.


De Petro nos interesa opinar sobre su política más allá de su personalidad. Y su política, como la de las administraciones anteriores, es el reformismo basado en tres grandes temas: la lucha contra la segregación social, la defensa del medio ambiente en especial del agua como derecho, y la defensa de lo público. Aspectos insuficientes pero valiosos en las actuales circunstancias de la ciudad y sobre todo en la coyuntura política del país donde lo que se busca es profundizar el neoliberalismo. Esas intenciones tienen que pasar la prueba de la realidad, llevarse a los hechos, en ese campo el Alcalde tiene grandes desafíos. Hasta el momento nos parece importante que se fortalezcan los recursos para la educación pública, se garantice el mínimo vital de agua, se reviertan los operadores zonales privados en el Acueducto, se recupere por parte del Distrito el manejo de las basuras. Pero preocupa la inestabilidad en el equipo de gobierno, las llamadas “alianzas público-privadas”, el sentido que continúan teniendo proyectos como Ciudad Salud y otros proyectos de renovación urbana, hoy ligados al llamado centro ampliado, donde pensamos todavía persiste el riesgo de que finalmente se impongan los intereses privados sobre los derechos de los habitantes históricos.


En las localidades hay oposición a los toques de queda contra los menores de edad, a la persistencia represiva del Esmad, al desmonte de las Casas Vecinales sin garantías laborales a cientos de mujeres trabajadoras. No son pocas las contradicciones que hay que seguir tratando si tenemos en cuenta que Bogotá concentra la crisis nacional y los niveles de desigualdad e informalidad continúan siendo muy preocupantes.
La campaña de la derecha


– En ese contexto, ¿cuál será la posición que asumirán frente a la campaña de revocatoria de Petro?


– Esa es una campaña de la derecha que busca reencaucharse en la ciudad. Sólo basta con identificar sus promotores públicos –la familia Gómez y buena parte de los monopolios informativos- para darse cuenta de los intereses de fondo. En consecuencia nos oponemos a la revocatoria. Pero también es bueno precisar que oponerse a la revocatoria es insuficiente si no se profundiza un proyecto democrático de ciudad que es lo fundamental. Y eso no es tarea exclusivamente de una administración que se reclama de izquierda. En conversaciones con diversos sectores se ha venido discutiendo la idea de un gran frente o alianza social y política por la defensa de un proyecto democrático de ciudad. Más que a la defensiva, la izquierda y otros sectores democráticos debemos pasar a la ofensiva. No dudamos que por esa vía sea posible derrotar la revocatoria que no cuenta con apoyo popular y menos de la mayoría de las fuerzas políticas, sino abrirle espacio a procesos de cambio más profundos en la ciudad.


– ¿Cuáles son las prioridades del PCC en Bogotá para el año que comienza?


– El XXI Congreso del partido nos dotó de una política renovada para el momento actual bajo la consigna de “Juntar rebeldías para la paz, la democracia y la soberanía”. Hay que echarla a andar en la práctica. En el Distrito eso implica saber integrar tres grandes temas: Primero, la lucha por una ciudad democrática; segundo, la lucha por la paz con justicia social, pues ninguna otra ciudad como Bogotá padece los efectos de la guerra en las dimensiones que lo vive la capital en términos económicos, políticos y humanitarios; y tercero, la construcción de un fuerte movimiento social y político alternativo. Debemos lograr que desde las localidades y el movimiento de los trabajadores se recupere la capacidad de movilización y organización social y política para enfrentar los planes de la derecha que busca retomar el espacio perdido en la ciudad, imponer una pax romana y sin lugar a dudas reelegirse en el 2014.


La perspectiva de la izquierda en Bogotá incluye varios retos, como en todo el país, debemos lograr reagrupar fuerzas; reforzar el trabajo en los territorios y sectores estratégicos como los trabajadores, la juventud y las mujeres contribuyendo al desarrollo de la Marcha Patriótica como movimiento sociopolítico y a la unidad con otros procesos de base y organizativos en la ciudad. Darle cuerpo a la idea de una izquierda unitaria a partir de juntar luchas y dinamizar la construcción de un frente amplio en el corto y mediano plazo. Ser constantes y pacientes, ya el 2013 será un año de mucha confrontación social y política de cara al proceso de paz, la resistencia a las reformas privatizadoras y las perspectivas electorales del 2014. Será un año con muchas posibilidades para las fuerzas alternativas en Bogotá y todo el país.