domingo, 6 de enero de 2013

Notas "Voz de Colombia" N° 012





Puntos de vista de un desterrado colombiano
No.012 – Enero 8 de 2013
Por: Valmen – Vozcol
Micronota:

Públicamente y luego de 7 años de aplicación de la llamada Ley de Justicia y Paz, instrumento generador de impunidad, el narco-paramilitarismo ha reconocido su participación en l.046 masacres, 25.747 homicidios, 3.599 desapariciones, 776 actos de tortura, 1.916 secuestros, datos sobre la existencia de 3.929 fosas comunes y otros hechos, igualmente espeluznantes y extremadamente incompletos, respecto a la verdad. Más temprano que tarde los ejecutores, materiales e intelectuales, serán juzgados y condenados. Más temprano que tarde la verdad verdadera brillará y generará lo que se necesita para alcanzar la paz.
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Éxitos en la lucha por la unidad, la organización y la movilización social…
Qué difícil es desearle feliz año a colectivos, familias y amistades, cuando en la realidad y en los medios de comunicación, lo que se están registrado son hechos de guerra y hechos violatorios de los derechos fundamentales de un pueblo, como el colombiano, que ha luchado, lucha y luchará sin desmayo por alcanzar la paz, la justicia social y la verdadera democracia, buscando así construir la patria de todos y para todos.
Qué difícil es para las grandes mayorías del país y para la comunidad internacional progresista, entender cómo una clase dominante, con uno de sus hijos preferidos al frente del gobierno de turno, habla de paz y a la vez legitima reformas como la del fuero militar, que son nada más ni nada menos, licencias para matar y vías hacia el desconocimiento de compromisos internacionales en Derechos Humanos.
Qué difícil es entender cómo un gobierno, supuestamente interesado en la paz y la justicia, intenta imponerle límites de tiempo o palos en las ruedas a un proceso, como el de los diálogos en la Habana, que ha despertado y viene despertando moderadas esperanzas o expectativas en importantes y crecientes sectores realmente patrióticos y definidos amantes de la paz.
Qué difícil es entender que el imperio, la clase dominante y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, como el de sus antecesores, no tienen real interés en viabilizar los cambios que realmente en el país se necesitan para dar por terminado el conflicto social y político armado. Esa falta de voluntad para trabajar por una verdadera paz, es la que hace que el gobierno insista en afirmar que “no hará cambios en el modelo económico ni en el sistema democrático”, lo que significa que el poder real del sistema establecido mantiene vivo y aspira a seguir imponiendo el esquema brutal del neoliberalismo, de la doctrina de la seguridad nacional y de la más cruda antidemocracia, bajo el imperio de una creciente impunidad.
Qué difícil y estremecedor es entender como los brazos ejecutores del terrorismo de Estado, desarrollando planes concebidos desde las alturas del poder, siguen cometiendo masacres, asesinatos selectivos, desapariciones, despojos y desplazamientos forzados, a la vez que el gobierno ha negado y sigue negando la propuesta de tregua bilateral, iniciativa concretada por la insurgencia, buscándose con ello, frenar el desangre impuesto por la ultraderecha como gran beneficiaria de las violentas políticas guerreristas.
Qué difícil es decir “feliz año” cuando los dueños absolutos del poder se ufanan de las multimillonarias ganancias obtenidas de la explotación, la especulación, la corrupción y la narco-parapolítica, a la vez que se le impone a los trabajadores un 4,02% como irrisorio “incremento” al salario mínimo, lo que sin duda llevará al desarrollo de importantes movilizaciones de sindicatos y de otras organizaciones sociales del país.
Qué difícil es decir “feliz año” cuando los luchadores por derechos como los de: la paz, la vida, la opinión, la salud, la tierra, el trabajo, la educación y la vivienda siguen siendo cobardemente asesinados, en campos y ciudades, pretendiéndose así, la desarticulación del movimiento social y de las grandes fuerzas populares...
Qué difícil es decir “feliz año” cuando miles de compatriotas, presos (as) políticos y sociales, se encuentran en las cárceles del sistema, bajo la dureza de la represión y condiciones carcelarias infrahumanas.
Pero, qué importante, valeroso y decisivo es escuchar el grito de, “EXITOS” cuando se trata de llamar a la unidad, la organización y la movilización social, lo que inexorablemente y con la solidaridad de la comunidad internacional progresista, nos llevará por los caminos de paz y de justicia social verdaderas.
Inquietud de Paquito:
¡Es más que urgente, preparar al pueblo para conquistar y defender la paz!
(Hasta la próxima)