El Canalla* y el Rufián*, dos figuras de la misma moneda, o clase social. |
Por Alberto Pinzón Sánchez
La
apertura del dialogo oficial Oslo- La Habana, entre el Estado colombiano y las
FARC –Ep abrió un proceso político novedoso que el aparato de Propaganda y
Terror dominante aún se niega a reconocer o valorar en su realidad. Tres
aspectos fundamentales sacó a flote dentro de las diversas fracciones que
conforman la Oligarquía Trasnacionalizada dominante:
1)
el problema madre de la madre tierra.
2)
la lucha por el Poder clientelar para el usufructo del aparato de Propaganda y
Terror con el que se ha manipulado y dominado al pueblo trabajador Colombiano.
3)
la separación artificial entre técnica y política con el que se ha pretendido
enfrentar los argumentos contundentes presentados por parte de las FARC,
respaldados por la movilización social amplia y unitaria.
Históricamente,
la clase dominante y dirigente en Colombia, ha recurrido al enfrentamiento entre
las clases subordinadas. En el Siglo XIX y gran parte del siglo XX, usó la
manipulación sectaria bipartidista entre godos y cachiporros (conservadores y
liberales respectivamente) para llevar sus peonadas a las carnicerías que
llamaron guerras civiles; la ultima la violencia bipartidista de 1946, que se
pretendió superar con el pacto entre los dos partidos enfrentados por la
burocracia diez años después. Cómo esta movilización social por las armas se
politizó y se trasformó en resistencia campesina, se recurrió en 1964, en medio
de la guerra fría mundial, al Plan Lasso elaborado en la Embajada de los EEUU
en Bogota para exterminar con bombardeos y tropas aero-trasportadas las
repúblicas comunistas del sur oriente colombiano, las que como broma del
destino, solo tenían 48 ciudadanos.
No
es nueva pues, la polarización y el sectarismo inducido por el complejo
propagandístico del terror estatal para llegar al Poder central.
DESPUÉS, DURANTE EL FRENTE NACIONAL bipartidista y los gobiernos siguientes, siempre
se llegaba al “solio de Bolívar” mediante un emotivo proceso de sectarismo y
polarización inducido en la muchedumbre. Todos los colombianos recuerdan las
luchas a muerte (en la radio y los periódicos porque de noche tomaban wisky juntos
y jugaban póker en el Gun club de Bogotá) entre López Michelsen y Gómez
Hurtado, entre Turbay Ayala y Belisario Betancur, entre Cesar Gaviria
enfrentado a la salvación Nacional conservadora de Gómez Hurtado y Llorada
Caicedo, entre Ernesto Samper y Pastrana Arango, entre Serpa Uribe y Álvaro
Uribe Vélez etc. Cada candidato a presidente tomaba una máscara que tapaba o
maquillaba sus intereses de clase, que eran idénticos; solo variaba la rosca, o
sanedrín, o combo acompañante en Palacio.
Y
eso exactamente están haciendo el Canalla y el Rufián actualmente: Poniéndose
la máscara de clase. La diferencia, como dije arriba, es que el proceso de paz
de la Habana al poner sobre la mesa el problema de la Reforma Agraria Integral
y Territorial, enfrentó de manera casi antagónica a dos de las fracciones más
poderosas y fuertes que hegemonizan el bloque trasnacionalizado de Poder
dominante, y catalizó la pugna: los Agro-Pecuarios o latifundistas-ganaderos de
Fedegán opuestos visceralmente a cualquier modificación en la estructura
agraria vigente, y los Financieros o “grades cacaos” colombianos que se soban
las manos con las grandes inversiones Agro- Mineras trasnacionales que están
llegando a Colombia.
Y mientras la injuria y el escarnio público de los
enmascarados va y viene; el aparato de Propaganda y Terror dominante ya inició
la manipulación, para la polarización de los colombianos, con sus encuestas
electorales. La última, realizada el 16 y 17 de enero 2013 por Datexco y la
emisora de Julito Sánchez Cristo, muestra que el 34% de los colombianos votaría
para presidente por JM Santos, pero el 43% votaría por Uribe Vélez. Al primero
lo apoya el 30% de los colombianos, mientras al segundo lo apoya el 34%.
ENTRE ELLOS NO HAY DIFERENCIAS
IDEOLÓGICAS de fondo. Hay
intereses de clase: JM Santos asesorado por su amigo y consejero para la paz,
el ciudadano Israelí Shlomo Ben Ami, según la formula probada en Palestina de
“negociar como si no hubiera guerra y guerrear como si no hubiera negociación”,
es decir separando en abstracto ambos procesos, que es lo que están haciendo a
la perfección tanto de La Calle en la Habana, como el ministro de guerra Pinzón
en Bogotá frente al aparato de Propaganda y Terror dominante.
Después
de la experiencia desastrosa del pacto del Ralito adelantado por Uribe Vélez y
Restrepo (¿dónde está tan eminente colega?) y de los Falsos Positivos, Santos y
sus asesores se dieron cuenta que la clase dominante en Colombia no tiene
ningún futuro ético ni moral y posiblemente sus principales exponentes tampoco
tengan futuro Judicial (pasado judicial expedido por el DAS talvez sí),
entonces propuso como salvavidas, una forma de Justicia Transicional que
cobijara a todo el mundo en Colombia. Pero para eso debía, a manera de anzuelo,
hacer algunas concesiones en materia agrícola a la demanda tradicional de una
reforma agraria levantada por las guerrillas, y proponerles unos diálogos de
Paz. Ninguna de estas tres consideraciones (justicia transicional, reformas a
la estructura agraria y diálogos de paz con la guerrilla) fue aceptada por
Uribe Vélez, quien empeñado en la solución militar del conflicto social y
armado colombiano (¡acábelos mi general y no se preocupe!) encontró en ellas
más bien banderas de lucha de su fracción de clase para volver al gobierno y
hegemonizar su rumbo y su lógica de acumulación de capital.
Situación
actual que está determinada por el papel oscilante y ambivalente de las Fuerzas
Militares que una vez están con Uribe Vélez y otras con JM Santos. El mejor
ejemplo de esto lo constituye Gabriel Silva, ministro de defensa de Uribe Vélez
y su embajador en Washington, pero luego perro de presa de Santos para insultar
a Uribe.
Y por último, no se debe olvidar que el método
marxista se basa en una crítica total de la economía política, que no admite la
separación artificiosa que los burócratas y yupis negociadores del gobierno están
haciendo, entre los innumerables datos técnicos y aspectos del problema agrario
colombiano, y su manejo político. Que no hay ningún hiato entre lo técnico y
las concepciones políticas profundas y las viejas banderas de lucha, las que
siempre deben estar en el centro de la orientación. Enfrascarse en una
discusión interminable sobre los aspectos técnicos del problema agrario
colombiano, resulta semejante a ponerse a examinar el árbol rama por rama y no
visualizar el bosque que es lo que verdaderamente debe interesar, y por
supuesto tratan de evitar.
NOTA Según el diccionario de la Real
Academia Española:
*Canalla. (Del it. canaglia). 1. f. coloq. Gente baja,
ruin.2. f. ant. Perrería (muchedumbre de perros). 3. com. Coloq. Persona
despreciable y de malos procederes.
**Rufián. (Quizá del it. ruffiano, y este derivado del lat.
rufus, pelirrojo, rubio, por alusión a la costumbre de las meretrices romanas
de adornarse con pelucas rubias). 1. m. Hombre que hace el infame tráfico de
mujeres públicas. 2. m. Hombre sin honor, perverso, despreciable.