miércoles, 16 de enero de 2013

Preparan otro 9 de abril en Bogotá, esta vez a la hondureña

La campaña mediática no ha tenido y no tiene límites.
Detrás la campaña esta un grupúsculo de altos empresarios&políticos.



Por Horacio Duque

Bogotá ha sido a lo largo de su historia, epicentro de acontecimientos trascendentales para la vida de Colombia. 

Fue en la plaza de Bolívar donde ocurrió en 1810 el famoso incidente del florero de Llorente que dio inicio a las movilizaciones populares contra la monarquía española de Fernando VII y por la independencia nacional. Para esa época, de cruentas guerras civiles, se dio la batalla de San Victorino en la que salió vencedor Antonio Nariño, el líder de los derechos humanos y la autonomía republicana.

En Bogotá, el 17 de mayo de 1854, los artesanos de Ambrosio López acompañaron al general socialista José María Melo en una acción político-militar contra los comerciantes libre cambistas que en asocio con los mercaderes ingleses utilizaban el incipiente Estado para favorecer sus intereses oligárquicos.

En la capital de Colombia, el 9 de abril de 1948, ocurrió el Bogotazo, una sangrienta acción orquestada por la derecha anticomunista y pro gringa, que acabó con la vida del caudillo revolucionario Jorge Eliécer Gaitán, cabeza de un gigantesco poder constituyente que daba pasos para establecer un poder popular socialista en nuestra nación.

En noviembre de 1986 sucedieron los hechos del Palacio de Justicia, verdadero golpe de estado del militarismo en complicidad con los políticos tradicionalistas del bipartidismo liberal conservador, que descabezó y exterminó la vanguardia revolucionaria urbana comprometida en la lucha por la democracia y las libertades, contra la corrupción de la élite política tradicional.

Hoy, 2013, una conjura de los grupos más reaccionarios de la sociedad ha perfilado un “golpe de estado” contra el gobierno progresista de Gustavo Petro para impedir y sabotear sus planes en favor de los más pobres y miserables de la ciudad.

Es un golpe político similar al que ocurrió con el Presidente Chávez en el año 2002, al que ocurrió en Honduras contra el presidente Zelaya, ejecutado con las formalidades de la Corte Suprema, la Procuraduría y la Fiscalía, obviamente con la manipulación de los grandes medios de comunicación, y al que se dio recientemente contra el Presidente Lugo de Paraguay desde el Senado de dicho Estado.

El golpe de Estado contra Gustavo Petro es un golpe que deriva contra la paz en Colombia.

La movilización de las masas y la ciudadanía es la herramienta democrática para derrotar a la ultraderecha golpista que quiere impedir los cambios en Bogotá y en Colombia.

Impidamos otro “Bogotazo” en el siglo XXI. La gran oligarquía mafiosa no puede seguir haciendo de las suyas.