Notimex
fue uno de los difusores de la noticia. El diario español El País solicito, en
uno de sus artículos, aparecidos hoy, que: “La reforma migratoria que permite a
los cubanos salir de la isla hasta por dos años, debe ser correspondida con
visados y permisos de entrada por los países que antes criticaban a Cuba por
impedirles viajar.”
El
citado periódico insistió en que, particularmente, España y Estados Unidos,
deben mostrar “generosidad” ante las solicitudes de visado de los cubanos.
Hasta
allí, las “buenas intenciones”.
El
País, por supuesto, no podía aprovechar la opotunidad para mentir y manipular
sobre la realidad cubana, con el presupuesto de que la Reforma, a pesar de ser
una de las “mayores medidas de calado” en Cuba, es provocada como resultado del
“estrepitoso fracaso económico y social”. ¿A qué fracaso se refiere en realidad
quien nunca ha cuestionado el brutal bloqueo contra Cuba y se ha centrado en
ver a los problemas actuales de la Isla como fruto de una mala dirección?
Errores hemos tenido y tratamos de cambiar lo mal hecho, no solo en el plano
objetivo, sino también en el cambio de nuestras mentalidades. Eso se ha dicho y
se ha reconocido por la alta dirección de nuestra nación. Empero, El País
oculta, de facto, que es una decisión soberana de Cuba el beneficiar a sus
ciudadanos, abriéndoles las trabas añejas, y asumiendo un legítimo cambio de
políticas atemperado con los tiempos actuales.
También
El País ve en las medidas un trasfondo exclusivamente económico al considerar
que los viajeros cubanos, lo que no es del todo desacertado, generarán la
entrada de divisas frescas al país. Sin embargo, oculta que las prohibiciones
de viaje no emanaban de Cuba que, como se ha demostrado, ha permitido la salida
de sus ciudadanos de forma permanente y organizada. Su propio pedido de
clemencia para que se les otorgue visados a los ciudadanos de la Isla, le
contradice. La raíz del mal, como comienza a verse, radica en que ya empezó
cada nación foránea a implementar limitaciones para otorgar visados a los
cubanos. Ecuador acaba de hacerlo y, aunque es una decisión muy soberana de
esta nación, no la comparto. Otros irán haciendo lo mismo.
¿Clama
realmente El País por todos los cubanos? Obviamente, no. Para este medio de la
desinformación mediática sobre la realidad cubana, su plegaria es discriminante
y falaz, totalmente exclusiva, pues su “preocupación” se centra
fundamentalmente en los tradicionales mercenarios de la guerra ideológica
anticubana, de la que el diario español se ha convertido en permanente bastión.
Para este diario, como él mismo lo reconoce en la nota, “está por verse si
se permite la salida de las Damas de Blanco, para ir a recibir el premio Andréi
Sájarov del Parlamento Europeo, el disidente Guillermo Fariñas, o la periodista
Yoani Sánchez a recibir el Premio Ortega y Gasset que se le concedió hace unos
años.” Esperan, por supuesto, una negativa de las autoridades cubanas para
levantar, de inmediato su habitual alharaca.
¿De qué
nos sirven realmente, me pregunto, esos vividores sin escrúpulos que nada
aportan al erario público? Por mi parte, les daría visado a La Antartida para
que monten allá sus shows mediáticos y falsas persecuciones, sus huelgas de
hambre fingidas (aunque allá no haya aguacates). Allí estarían bien hasta que
los pingüinos se aburran de ellos, de su vagancia y falta de escrúpulos. Lo
malo, por supuesto es que en La Antártida no hay dólares y eso los
atormentaría.
Por lo
tanto, sinceramente, soy partidario de que cada uno de ellos pueda subirse a su
respectivo tubo de aluminio y vayan a donde les esperan los mentores y
financistas de su traidora actividad. Habrá, al menos, un poco de tranquilidad
y el pueblo podrá gozar de un teatro de altura, dejando atrás sainetes de baja
monta, parodias y shows de pacotilla, con los que enturbian muchos domingos
cubanos.
Que sus
amos les abran las puertas y les acojan. Así debe ser. Que nosotros se las
abramos y los dejemos irse, también debe ser.
El
desenlace ya lo conocemos de antemano: todos estos afamados y prestigiosos “filólogos”,
“periodistas independientes”, “bibliotecarios”, etc., etc., terminarán
limpiando pisos en Miami o como parte de la larga lista de desempleados de
Estados Unidos y Europa. Por supuesto, los más villanos, encontrarán, tal vez,
un puestecito en Radio Martí o en algún medio anticubano.
También
soy partidario de evaluar con una nueva perspectiva quiénes deben ser realmente
excluidos de los beneficios de la actualización de la Reforma Migratorio. Han pasado
50 años y muchos han cambiado desde entonces. A esos, debe abrírseles las
puertas, siempre que vengan cargados de buena fe al reencuentro con su pueblo.
Los odios, rencores, viejas rencillas han fenecido ante una verdad
incuestionable: la Revolución Cubana sigue de pie, incólume y seguirá
estándolo. Tampoco habrá espacio para el oportunista que piensa que con dinero
puede abrirse libre paso dentro de un pueblo que valora, por encima de todo, a
los principios. Los capitales frescos han de tener, primero que todo, dignidad
y sanas intenciones.
El
resto mayoritario de los cubanos, poco a poco, sin restricciones que irán
desapareciendo paulatinamente, podrán viajar libremente por el mundo, cuando
aquellos gobiernos que tanto especularon sobre que Cuba era “una cárcel”, les
ofrezcan el derecho legítimo de recibir su visado. Ellos tienen las llaves para
abrir esas falsas celdas y han de hacerlo con confianza y sis temores. Mucho se
debe aprender en el mundo de la bondad, el orgullo, el tezón, el humanismo y la
laboriosidad de los cubanos.
Cuba ya
dio el tan esperado paso. Ahora el mundo tiene la palabra.
El
vencedor de este capítulo será la cubanía y, con ella, el cubano bueno, el que
no carga odios en su alma y salga y regrese a la Patria, pletórico de amor y
plena añoranza.
Percy
Francisco Alvarado Godoy.