La potencia del bloque histórico chavista
Por
Horacio Duque
En estricto sentido más de diez años de
intensa experiencia de reformas socialistas en el Estado y la sociedad civil
venezolana han dado forma a un bloque histórico chavista del Socialismo del
siglo XXI. Tenemos el sujeto chavista que gravita con potencia en todos ámbitos
de la sociedad nacional construyendo las jurisdicciones de la igualdad, la
libertad, la equidad y la justicia social para millones de seres humanos.
El
chavismo es un dirección intelectual y moral en la formación social que subsume
gran parte del universal venezolano en los códigos del Socialismo bolivariano.
El sujeto neoliberal sobrevive pero acotado en
capacidad de maniobra. No obstante resulta una necedad negar su influencia en
fragmentos aburguesados sometidos a la influencia ideológica y cultural de las
viejas élites escuálidas que actúan en complicidad con el imperialismo
norteamericano predominante en la globalidad.
En la forma primordial prevaleciente ocurre una
descomunal batalla entre fuerzas encontradas. Hay una potencia del bloque
histórico socialista que con imaginación y pericia abre nuevos espacios
anticapitalistas. El bloque reaccionario esta colocado a la defensiva pero no
derrotado en su totalidad.
El liderazgo del Presidente Chávez, ubicado ahora
con acierto en cabeza de Nicolas Maduro, es y ha sido definitivo. La conducción
revolucionaria apalanca los potenciales revolucionarios para consolidar las
conquistas legales y sociales.
La decisión del Tribunal Suprema de Justicia
formaliza las cosas en su sitio y la estabilidad del mecanismo institucional
presidencial contiene la ambición regresiva de la conspiración oportunista e
inmoral.
La coyuntura de la transición en el orden
constitucional que regula la primera magistratura ha mostrado el enorme
potencial del bloque histórico chavista y socialista. PSUV, Polo Patriótico,
movimientos sociales y contingentes de la solidaridad regional deben propiciar
nuevos momentos de profundización de la revolución que ya acumula un enorme
capital político. Es la función del Plan Socialista proyectado hacia el 2030,
fruto de la tarea constituyente de la multitud convocada para el efecto.
La presencia de Nicolas Maduro a la cabeza de los
nuevos escenarios es la evidencia de la fuerza de la organización colectiva
gestada durante los últimos 12 años.