¿Quiénes deben participar en los Diálogos de Paz en La Habana?
Comandantes Iván Márquez y Jesús Santrich
Nchamah 22 de enero de 2,013
Nchamah 22 de
enero de 2,013
No cabe ninguna duda, que tras la terrible tragedia surgida del conflicto
armado en Colombia, muchos que no han sido actores directos, pero quienes han
sido afectados de en forma causal como victimas individuales o colectivos de
distintas comunidades, reclaman participación en los diálogos de Paz que se
llevan a cabo en La Habana, Cuba entre el gobierno de Colombia y las FARC-EP.
Nace esta iniciativa de algunos intelectuales, activistas, y líderes que ven en
sus duras y dolorosas experiencias el derecho a participar en las mesas de los
diálogos de Paz. Vale examinarse las ventajas o desventajas que a esto atañe.
Es claro que las dos partes directamente involucradas como actores de la guerra
son el gobierno de Colombia y las FARC-EP. Muchos han caído a raíz de estas
batallas y a lo largo de muchísimos años pero se llega a una oportunidad
histórica, única, facilitada en todos sus aspectos, por los gobiernos de Cuba y
de Venezuela. Es importante hacer énfasis en que estas conversaciones son el
ante-sala para cambios drásticos en la sociedad colombiana que conlleva un cese
a la guerra civil. ¿Están las víctimas en capacidad alguna de firmar los
acuerdos de cese de operaciones de combate y en posición de garantizar su
mantención? No- por eso en esta fase siguen como testigos activos, pero su
contribución en estos momentos, se aparta de los objetivos de los diálogos de
Paz: porque se trata de llegar a un convenio entre las partes inherentes.
Por esto hablo de una primera fase, constituida por los diálogos de Paz entre
los dos actores directamente involucrados. Ya vendrá una segunda fase - que
requerirá la confluencia de las fuerzas de las partes afectadas y estas en su
mejor expresión buscarían una asamblea constituyente para una nueva
constitución para el país. Aquí, sí pueden aportar los civiles afectados su
testimonio a las terribles tragedias humanas resultadas a lo largo del
conflicto en una segunda fase. Son estas fuerzas en cuyas venas corre el dolor
de la tragedia Colombiana.
De ser fructíferos los diálogos de paz, son un gran avance para el futuro con
paz en Colombia. Pero, al mismo tiempo, no podemos seguir en manos de la actual
constitución, mucho habrá que cambiarse, tales como los límites de los poderes
del ejecutivo, una clara delineación del poder jurídico, los límites a la
disposición de las fuerzas armadas públicas, la garantía derechos humanos
básicos como son, la salubridad, la educación, y la soberanía alimentaria.