domingo, 27 de enero de 2013

Nota VOZ de COLOMBIA N° 014



Puntos de vista de un desterrado colombiano
No.014– Enero 26 de 2013
Por: Valmen – Vozcol

Micronota:
Para la clase dominante, el gobierno de turno, los grandes medios de comunicación y los sectores amamantados por el sistema imperante, la justicia solo existe mientras ésta avale y proteja sus grandes, mezquinos y sucios intereses. Solo hay que ver y oír cómo, quienes se consideran eternos e “indiscutibles”dueños del país, estigmatizan y lanzan todo su odio en contra de quienes luchan por una patria de todos y para todos. Solo hay que ver y oír a personajes, como el ex-presidente Uribe, difamando de todo aquel que se atreva a hablar de derechos como el de la vida, la justicia social y la soberanía.
Las fuerzas de la ultraderecha, interna y externa, se siguen haciendo las gringas…

De los hechos, realidades y cotidianidad, fácilmente se puede deducir y constatar que el imperio, la clase dominante colombiana y su gobierno de turno, siguen manejando la maquiavélica intensión de mantener y reforzar sus irracionales apuestas por la guerra contrainsurgente, la truculencia, la mentira y el engaño.
El presidente Santos y sus más próximos escuderos, apegados al libreto de “cambiar” para que todo siga igual o peor, constantemente están lanzando promesas que no cumplirán o que saben no podrán cumplir. Están, así mismo, presentando e impulsando parlamentariamente engañosos proyectos de ley, con el claro propósito de intentar moldear en su favor la mesa de diálogos; llevando de la mano la campaña reeleccionista y olímpicamente pretendiendo descalificar o esconder las propuestas (hacia la construcción de la paz, la justicia y la democracia reales) elaboradas colectivamente en foros y en representativos espacios de participación social y popular.

Preocupa a los de arriba el que, en el movimiento social y de masas, esté creciendo la credibilidad, la confiabilidad y la esperanza en la posibilidad de conquistar la paz con justicia social, por la que tanto ha luchado todo un pueblo, en el transcurrir de varias generaciones y con costos materiales y humanos extremadamente elevados y dolorosos.
De irrefutable comprobación es el constante e infatigable trabajo de todas las fuerzas patrióticas y progresistas, amantes de la paz, las que día a día presentan y difunden propuestas, serias y objetivas; muestran caminos de tránsito hacia la salida política del conflicto interno y no dejan que se apaguen los destellos de luz que con creciente luminosidad se reflejan al finalizar el oscuro túnel del pro-imperialismo, el capitalismo salvaje, el neoliberalismo, el abuso de poder, la injusticia y la entrega de soberanía.

Hoy, como ayer, los sectores reaccionarios hacen todo lo que esté a su alcance para impedir que las grandes mayorías populares se unan, se organicen y se movilicen en favor de los más altos intereses de la patria. Seguir exigiendo el real desmonte del narco-paramilitarismo, de la narco-parapolítica, de la narco-economía y de todos los planes criminales del terrorismo de estado, es trabajar para evitar que la ultraderecha siga intentando impedir que avance la lucha por conquistar la patria que el pueblo colombiano se merece y por la que tanto ha luchado, sigue y seguirá luchando.

Hoy, más que ayer, se hace fundamental impulsar la solidaridad de la comunidad internacional progresista, a partir de que se hagan mayores esfuerzos para buscar y encontrar los mecanismos y espacios que permitan desenmascarar la mentira, el engaño y la manipulación del imperio y de la ultraderecha internacional, frente al cada vez más grave conflicto social y político armado.
En definitiva, es con esfuerzos, comprensión de la realidad y grandes sacrificios, que el movimiento social y las inmensas masas populares colombianas lograrán alcanzar los objetivos planteados, es decir, la paz con justicia social, democracia real y soberanía plena. No hay duda, es mediante el diario batallar como se logrará que la ultraderecha no se siga haciendo lo que es, la gringa frente al país, a la región y al mundo.

Inquietud de Paquito:

¿Siguen las multinacionales apropiándose de grandes extensiones de tierra?

(Hasta la próxima)