lunes, 28 de enero de 2013

En el filo de la barbera





Por Alberto Pinzón Sánchez 

 Como un caracol que se desliza sobre el filo de una cuchilla barbera, así parece avanzar el proceso de paz de la Habana, pactado entre el Estado colombiano y las Farc-EP.
Contrariamente a la protección dada por la baba viscosa que cubre momentáneamente  el pseudópodo molusco (en este caso puede ser el apoyo  de la Comunidad  Internacional  manifestado en la cumbre de la CELAC- Europa en Chile 26.01 2013) el gobierno colombiano   en el interior del país, parece haber quedado solo o aislado y haber perdido la iniciativa en su jugada maestra de la paz, frente a la ofensiva  política y mediática desplegada por el grupo de los agro (latifundistas) pecuarios (ganaderos) liderados por Uribe Vélez.
Las torpezas del jefe de gobierno Santos  con su equipo, y menciono tan solo cuatro:
 1- Hablar ambiguamente  de paz y de guerra al mismo tiempo;  de reformas en la Tierra y de fuero militar, drones y bombarderos  ultrasónicos para continuar la guerra.
 2- Impedir  y “clandestinizar”  la participación popular y de la sociedad civil en actividades y propuestas amplias en favor de la paz.
 3- La miseria intelectual (reflejo de la otra miseria más generalizada en el país) conque  los representantes y voceros  del gobierno han “contra-argumentado”  la ruindad de Uribe Vélez, Alfredo Rangel y demás “parches del combo”.
 4- Haber  “electorizado” (no politizado con P mayúscula) es decir, haber dejado flotar en la conciencia popular el bulo de que el éxito del proceso de paz era la reelección  de JM Santos,  en lugar de tratar de  haber explicado amplia y pedagógicamente el enorme sentido para el futuro de los colombianos y de la Región, y el significado político, económico, ético y moral  que tiene finalizar el conflicto interno; le han dado un arsenal invaluable a los enemigos  del proceso de paz para avanzar en su demolición.
¿Es esto, quizás, algo acordado en la cumbre de las alturas del Poder dominante?  La respuesta no está clara: ¿pues por qué razón, JM Santos NO deja que la Ley tanto nacional como internacional llegue libremente hasta su “acérrimo enemigo”  Uribe Vélez?   ¿Teme acaso que, al desenvolverse  el ovillo o madeja,  también salga amarrado, además de los Falsos Positivos, con algún otro secreto que no conocemos?  ¿O es que existe un Poder superior en Washington, por ejemplo, que  protege a Uribe Vélez?   
 Lo cierto es que hoy estamos en Colombia ante una paradoja sombría. El éxito del proceso de paz es esperado con ansiedad por la Comunidad Internacional, pero al mismo tiempo es rechazado emocionalmente y con gran desconfianza por los principales dirigentes políticos de la llamada democracia colombiana o “establishment”.  Esa desconfianza  e incertidumbre: “si el proceso de la Habana fracasa no pasa nada” dice JM Santos, mientras su ministro de guerra Pinzón, le hace eco repitiendo casi todos los días por el aparato de propaganda que “las Farc son mentirosas”,  y los altos mandos militares azuzan, “ a las Farc no se les puede creer nada de lo que dicen”  etc;  tiene su espejo en la guerrilla que tampoco cree en lo que dice JM Santos  y a su vez, también  deberá hacer cálculos. ¿Cómo se puede avanzar hacia la paz, basados  con tal desconfianza mutua?
Si el caracol no logra llegar y cae mortalmente herido, rompiéndose el  proceso de paz pactado en la Habana, si pasará y mucho. No es el momento para dramatizar una situación real que se puede presentar. Ya se analizará si se da o se llega a presentar. Pero de lo que si pueden estar seguros aquellos jugadores de naipe que creen estar jugando  a la subestimación de su adversario y al bluf (palabra aceptada por la real academia de la lengua) es que la caverna oscura a donde pretenden meter al  pueblo trabajador colombiano aislándolo del mundo exterior,  no les resultará tan fácil como se lo imaginan. Sin embargo  pienso que, todavía se puede corregir y derrotar a Uribe Vélez y su centuria negra de gamonales. No me refiero a su lista de senado, sino abriendo las compuertas a la participación popular y a la movilización social en pro de la paz.