ANNCOL / Debate
Como un servicio a sus
lectores, presentamos la valoración de clase del presidente de los
latifundistas ganaderos de FEDEGAN; sobre el proceso de paz en la Habana, el
Foro Agrario de Bogotá convocado en forma bilateral por la mesa de diálogos, y
la “odiada” participación popular y la movilización social para tomar parte
activa y decidir sobre la búsqueda de la paz para Colombia.¡Lean con calma y analicen!
¡Miren dónde se publica y sobre todo, saquen sus propias conclusiones!
* * *
La voz del “pueblo”
Por: José Félix Lafaurie
Publicado
en KIEN Y KE (19 enero 2013) http://www.kienyke.com/kien- escribe/la-voz-del-pueblo/
José Félix Lafaurie |
Las piezas encajaron a la perfección para la
guerrilla. Ganó una partida tremendamente importante que le permitió agregar un
procedimiento a la agenda y sumar otro actor: la “sociedad civil”. Ahora,
además de los plenipotenciarios y asesores, podrá presionar otros
“acercamientos” al “pueblo” para alargar los diálogos. Es su forma de ganar
tiempo: a más tiempo, más legitimidad, réditos políticos, reconocimiento
nacional e internacional e incluso solución a las fracturas en sus filas
narcoterroristas.
Al otro lado quedó el gobierno en situación
incómoda. Las FARC aprovechan la envalentonada para medirle el aceite a la
comisión gubernamental en La Habana y ponerla contra la pared, para que acepte
sus demandas bajo el prurito de que proceden del “pueblo” y, por ende, no puede
despreciarlo. La prepotencia de la guerrilla es tal, que se da el lujo de desestimar
la participación del Presidente Santos en la “etapa exploratoria”, citar una
Constituyente –que ya va en plebiscito– y forzar al Minagricultura a comparecer
en Cuba, para que frene su gestión y adopte sus “indicaciones”. Inaceptable.
Estos protuberantes problemas en la nueva dinámica
de los diálogos, propiciados por las FARC, los advertí cuando manifesté mi
inconformismo por el “Foro Agrario”. Se legitimó a un lobo disfrazado de oveja.
Pregunto, ¿el Foro Agrario o las Mesas Regionales de Paz representaron los
intereses de los 12 millones de habitantes, productores y empresarios del
campo? En el Foro, por ejemplo, el 60% de los asistentes procedía de
movimientos sociales ajenos al sector rural, ¿y los demás?
Pero este modelo amorfo de “sociedad civil” cayó
como anillo al dedo de las FARC. Es su comodín para cristalizar sus movimientos
de ajedrecista previstos de tiempo atrás. Los vítores a los dos eventos no son
gratuitos. A la postre, el adoctrinamiento de sus bases sociales en las
regiones, previo a la parafernalia de Noruega y Cuba, cuajaron en el texto del
Foro Agrario. Allí quedaron consignadas las propuestas de la izquierda radical
que tomó asiento en el recinto, a expensas de la ingenua multitud que creyó en
un acto democrático promovido por las FARC.
El asunto es que nadie conoce la versión final. Se
habla de 11 libros con 6.000 propuestas en el Foro Agrario, más otros 9 tomos
de las Mesas Regionales. Aunque no se necesita ser prestidigitador para
adivinar las ideas allí consignadas y para saber que las FARC hoy las acomodan
hábilmente para ir contra el inexistente latifundio, la propiedad privada,
Fedegán y la fuerza pública. Lo que explica el “embargo” al que sometieron el
texto los negociadores.
Entre tanto se empiezan a oír, desde el muy acomodado
sector urbano, avales a la “nueva” retórica de la guerrilla, “más flexible” y
“más viable” para solucionar la problemática del desarrollo agrario integral.
Ciertamente, su discurso de hoy apacigua los temores de los grandes capitales,
calla sobre la violenta colonización que protagonizaron con paramilitares y
narcotraficantes y se adecúa para defender sus verdaderos intereses a espaldas
del país, del Congreso y de la auténtica sociedad civil. Mientras tanto, el
país rural, convidado de piedra, se prepara para lo inevitable: la prolongación
de su desgracia.