sábado, 26 de enero de 2013

Pelota, política y poder





Por Narciso Isa Conde

Tengo mucho respecto por las preferencias deportivas, incluso por las pasiones que ellas generan.

Soy de los liceístas que hasta manotazos le daba al radio cuando perdíamos.

Nunca me puse melena, aunque con los años deviniera en calvo.

Nunca usé pico de cotorra.

 Ahora, a mi entender, hay mayores razones para no rugir como el león. Y no solo por aquello del despreciable León llamado en justicia Ladronel.

Mis razones se refieren a los vínculos entre pelota y poder.

El Escogido, más allá de sus valores representados por Moisés Alou y por otros conductores y jugadores criollos, pasó a ser propiedad de tres grupos económicos: uno de mediana cuantía y dos con un inmenso poder financiero, mediático y político.

Los Vicini y los Bonetti tienen, “no solo todo el dinero del mundo” sino también “del universo”; y se han propuesto controlar y monopolizar el mayor numero de actividades de la vida cotidiana, entre ellas las deportivas;  con el interés de reducirlas a mercancías encarecidas y empresas lucrativas. Cuentan, además, con Luis Manuel Bonetti como enlace y socio de la Corporación Leonel-PLD

En esta era neoliberal “la competitividad sin límites”, que equivale a sucia competencia entre desiguales, les favorece; mientras la “estructura” del campeonato le ayuda para hacer lo que recién consumaron.

El Escogido fue de los peores equipos a lo largo de casi todo el discurrir de la serie regular, hasta que decidieron invertir en grande para calificar en el cuarto lugar.

De ahí en adelante, en el corto tramo faltante, operó a su favor el gran flujo de capital junto a un eficiente manejo gerencial; a lo que se agregó el talento de Moisés y las virtudes de los atletas contratados. 

Y así el Escogido pasó a ser el segundo mejor equipo de la serie semi-final.

A partir de ahí vino “la no te meneé”: la intensificación del impacto de su poder económico en la decisiva serie final, aplastando –papeletazos a granel- al mejor equipo del campeonato.

El Escogido así, por obra y gracia de la supremacía del Rey Dinero en el Play y del buen manejo del Dios Mercado -vertientes en las que tienen mayores ventajas los que mas plusvalía  y capital originario hayan acumulado- pasó en días a ser el mejor equipo del final del campeonato; proclamado, legal pero injustamente, campeón.

Pero lo más grave no es ese capítulo deportivo, sino todo lo que implica la dinámica avasallante de los grandes capitales corporativos, criollos y transnacionales, cara al presente y al futuro de nuestra sociedad.

Si no nos indignamos para revertir esta nefasta tendencia, no joderemos más de lo que estamos.