miércoles, 16 de enero de 2013

¿Por qué el miedo oligárquico a una Constituyente?




Allende La Paz, Cambio Total.

En cualquier proceso de Paz está latente el cumplimiento por parte del estado de los compromisos adquiridos con la contraparte. Por ello se exige como mínimo seriedad y transparencia durante el proceso de discusiones o diálogos, el cual lógicamente tendrá que desembocar en una Constituyente a fin de darle rango constitucional a lo acordado y que no vaya a ser revisado por los "politiqueros" colombianos tan dados a los malabares circenses en el Congreso.

Por ello nadie entiende el temor de la oligarquía por una Asamblea Nacional Constituyente. Una Constituyente sería el bálsamo para sanar las heridas que la guerra ha abierto en los colombianos, cuyas principales víctimas son hijos del pueblo. Claro que el humanitarismo de las FARC-EP contempla la Constituyente como el gran gesto reconciliador entre todos los colombianos, del cual no podría excluirse a nadie por muy "enemigo de la paz" que sea. Sería como un decir basta a la guerra, evaluemos las causas y consecuencias de la guerra, reparemos a las víctimas y, a partir de ahí, hagamos un borrón y cuenta nueva, y empecemos a construir civilizadamente un Nuevo País.

Qué significa "construir un nuevo país"? Lógicamente que salir de 65 años de violencia casi que ininterrumpidamente por causa de las políticas adelantadas desde el estado será todo un doloroso proceso de aprendizaje, olvidar todo lo viejo y caduco y re-aprender los principios de convivencia ciudadana, tolerancia por el otro, tolerancia para el diferente (según sus opiniones políticas, religiosas, societales), etc, utilizando las modernas pedagogías y convirtiendose en el motor que movilizará la conciencia ciudadana. Esa construcción no puede empezar desde lo alto hacia lo bajo, sino al revés, desde la base hacia la superestructura. Por ello, es imprescindible el concurso del Constituyente primario, el pueblo, quien será sello y tapa del proceso de Paz al crear un Nuevo Estado -no estamos plantenado -todavía- el socialismo-, en donde quepamos todos sin exclusiones de ningún tipo, lo cual haría innecesario el uso de la violencia física como forma de accionar político.

En ese espacio renovador cabrían, entonces, el gobierno actual, los falsos "enemigos del gobierno", y toda la clase oligárquica, y por el otro lado, por el lado popular, la guerrilla de las FARC-EP y el resto del pueblo colombiano. A ella asistiríamos todos sin miedos de ninguna especie, guardando las debidas seguridades, e invitando a los ciudadanos a unirse y vivir plenamente en su nueva patria. No veríamos necesidad de recelos y trapisonadas por ninguna parte y si alguno osase hacerlo recibirá la muerte política por parte de la sociedad en su conjunto, amén del castigo penal si lo amerita.

Por ello, no entendemos por qué el miedo oligárquico a una Nueva Constituyente. Será acaso porque le temen a las maniobras del "creador" de la Constitución del 91? Será por temor a unos "trinitos" que más dura un ciento de merengues en la puerta de una escuela que los trinos en diluirse? Será por temor a un Congreso que arrastra la jiba de la corrupción por décadas? Será por miedo a los militares que cargan la jiba de las violaciones eternas de derechos humanos por ellos cometidos? Será porque el gobierno teme perder el "poder" en una Constituyente? Hay que ser claros, una Nueva Constituyente no podrá depender del gobierno actual. Allí éste estaría presente como uno más, pero no sería el repartidor de las cartas de póker.

Una vez alcanzados los acuerdos y realizada la Constituyente, se aprobaría la Nueva Constitución -la del 91 es un inservible retazo de remiendos actualmente-, y entraría el constituyente primario a darse su forma de gobierno. Nuevo Gobierno, Nuevo Congreso, Nuevo Poder Judicial, Nuevos Militares, Nuevas Costumbres políticas, Nuevas realidades económicas, etc, etc. Qué clase de gobierno se daría el constituyente primario dependería de la aceptación que tendrían las diferentes propuestas de los sectores en disputa civilizada por ganarse los corazones y las mentes de los colombianos. Si es popular significaría una aceptación de las propuestas el Frente Amplio de la Revolución Colombiana, ésto es apenas un ejemplo, o si es oligárquico significaría una aceptación de las propuestas de la oligarquía, la cual ya ha demostrado cómo gobierna una vez está en el poder.

Esa contienda civilizada sería la mejor prueba de que estamos transitando por unas nuevas formas de hacer política y de estar transitando nuevas rutas de entendimiento y reconciliación entre los colombianos. No hay que tener miedo al futuro, éste será esplendoroso si lo abocamos sin mezquindades, trapisondas ni "cartas marcadas" debajo de la Mesa.

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Publicado por cambio total en CambioTotalRevista el 1/16/2013