La
hoja de coca triunfó en el mundo
Alex
Contreras Baspineiro / Martes 15 de enero de 2013
El
consumo de la hoja de coca considerada -en su estado natural- alimento,
medicamento y ritual fue despenalizada por la Organización de Naciones Unidas
(ONU) lo que provocó masivas movilizaciones y actos festivos en diferentes
regiones del Estado Plurinacional de Bolivia.
El
masticado de la hoja de coca conocido como “chajcheo” en el Perú, “mambeo” en
Colombia, “coqueo” en el Norte de la Argentina o “pijcheo” en Bolivia ya no
está prohibido en la comunidad internacional. Antes y contradictoriamente se
permitía el uso de la coca en la multinacional Coca Cola, pero estaba prohibido
su consumo porque estaba considerado como ilícito.
Hace
pocas horas, de los 184 países que conforman la Convención de Viena, sólo 15
objetaron la readmisión de Bolivia, entre esos países figuran Estados Unidos,
Canadá, Inglaterra, Rusia, Suecia, México, Reino Unido, Irlanda, Japón,
Alemania, Finlandia, Portugal, Israel, Holanda, Francia e Italia.
En
1961 fue penalizada la hoja –considerada como sagrada desde tiempos ancestrales
pero veneno para los países desarrollados- y ningún gobierno boliviano hizo
gestiones, como el actual, para que no se la confunda intencionalmente como
estupefaciente.
Al
contrario y por la dependencia hacia políticas norteamericanas, diferentes
gobiernos siempre trataron de implementar políticas de erradicación de cultivos
de coca para reemplazarlos por productos del desarrollo alternativo. Todas las
políticas neoliberales fracasaron porque consideraban a la hoja sagrada como
droga, al productor de coca como narcotraficante y al consumidor como
narcodependiente.
Violando
los derechos humanos y pisoteando la soberanía nacional, se trataron de imponer
desde esferas gubernamentales diferentes planes, como el Plan Trienal, Plan
Quinquenal y otros con el único objetivo de acabar con las plantaciones de coca
en determinado tiempo. Nunca pudieron: la resistencia y defensa del cultivo
natural derivó en centenares de muertos, heridos y huérfanos pero también
germinó la conformación de un poderoso instrumento político que hoy está en el
poder.
Bolivia
se retiró de la Convención de Viena a mediados de 2011 y en diciembre de ese
mismo año solicitó su readmisión con la condición de que ya no esté penalizado
el acullicu. La ONU difundió esa decisión entre los 184 países miembros de la
Convención, los mismos que tuvieron un plazo de 12 meses para manifestarse y
aceptar o rechazar la reserva. La mayoría aceptó la readmisión y la despenalización
del producto natural, conocida como la hoja sagrada.
Hoy
el Jefe del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, manifestó que la
determinación de readimitir a Bolivia en la Convención de Viena otorga además
de la legalización del pijcheo (masticado de la coca), la permisibilidad de
cultivar la hoja de coca en la “extensión necesaria” para usos tradicionales;
es decir, que Bolivia tiene la potestad legítima de determinar la cantidad de
cultivos de coca para usos tradicionales.
“En
qué consiste la denuncia con adhesión, el Estado Plurinacional de Bolivia se
reserva el derecho de permitir en su territorio la masticación tradicional de
la hoja de coca para su consumo y uso en su estado natural para fines naturales
y medicinales, así como también el cultivo, comercio y la posesión de la hoja
de coca en la extensión necesaria para estos propósitos lícitos”, explicó el
primer mandatario.
“A
partir de este triunfo no solamente está permitido el pijcheo o el masticado de
la coca sino también el cultivo de la coca en Bolivia”, remarcó. Según el
Presidente de Bolivia, la despenalización del acullicu de la hoja de coca, es
un triunfo internacional de Bolivia "frente al imperio".
El
representante de la Oficina de las Naciones Unidas para el control de las
Drogas y la Prevención del Delito (ONUDD), César Guedes, aclaró que la
extensión de las plantaciones de coca se halla sujeto a un informe que debe
presentar ante la ONU el gobierno; mientras que la exportación de la hoja de
coca y sus derivados no se encuentra prevista en la Convención de Viena.
"Es
una victoria de nuestra cultura, nuestros pueblos indígenas y movimientos
sociales. Se corrige un error histórico después de casi 50 años. La coca en su
estado natural no es droga y eso se reivindica con la readmisión de
Bolivia", celebró el viceministro de Coca y Desarrollo Integral, Dionisio
Núñez.
En
diferentes regiones del territorio nacional, sobretodo en La Paz y Cochabamba,
miles de productores de coca y otros sectores sociales –consumidores de la hoja
de coca- demostraron su fortaleza.
Según
la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, en la actualidad
Bolivia produce 27.200
hectáreas de coca. La Ley 1008, reconoce 12 mil
hectáreas de coca como lícitas.
Sin
embargo, Bolivia aún no cuenta con un estudio que determine la cantidad de
cultivos de coca para uso tradicional, considerando que cada vez más sectores
la reconocen como alimento, medicamento y ritual.
Casi
50 años, un producto natural –la coca- estuvo penalizado por decisiones
políticas de los países desarrollados que son los que controlan las decisiones
en el mundo, hoy Bolivia, tuvo la capacidad de escribir una digna página de
dignidad, soberanía y justicia…
agencia prensa rural